Nutrientes 100 ml: 884 calorías, grasas 100 g [gasas saturadas 8 g, grasas insaturadas 90 g], hidratos de carbono 0 g, fibra 0 g, azúcares 0 g, proteínas 0 g, colesterol 0 mg, sodio 0 mg, ácido fólico 110 mg, calcio 113 mg, 73 magnesio, 115 fósforo
Origen
El primer registro se encuentra en Mesopotamia hacia el 5.000 a. C., aunque lo popularizó Carlomagno en el s. VIII para abastecer a los soldados por ser altamente calórico. No será hasta el s. XIX cuando el aceite de lino se extenderá como un producto de consumo habitual sobre todo en el norte de Europa.
Propiedades
La gran diferencia que encontramos con el de oliva o girasol es su gran contenido de minerales. Es mucho más nutritivo que estos dos y tiene un bajo porcentaje de grasa saturadas, de las más perjudiciales, solamente un 8%. Debemos tomarlo siempre en frío, por ejemplo en ensaladas, y una vez abierto conservarlo en el frigorífico.
Contiene una buena cantidad y relación de Omega 3 y Omega 6, dos ácidos grasos esenciales que solamente obtenemos a través de la alimentación. Estos ácidos son para la salud de venas y arterias y de nuestro corazón, previniendo el infarto de miocardio, elevando el colesterol bueno y reduciendo el malo.
Por su alto contenido en compuestos fenólicos resulta un potente antioxidante, conservando la salud de nuestras células y controlando el crecimiento irregular de las mismas, muy asociado al cáncer. Además, ayuda a regular nuestro tránsito intestinal, haciendo que la evacuación de las heces sea ‘más amable’.