¿Son mejores los edulcorantes que el azúcar?

Los edulcorantes son unos de los aditivos más polémicos que existen, ya que su papel sobre la nutrición y la alimentación saludable siempre ha generado ciertas dudas.

Si tenemos en cuenta que su único propósito es el de mejorar el sabor de los alimentos, podríamos pensar fácilmente que es un tipo de aditivo innecesario o al menos prescindible en la producción de alimentos. Y es normal, ya que los edulcorantes no sirven para protegernos de intoxicaciones alimentarias y del deterioro de los alimentos como hacen otros aditivos, sino que su único propósito es el de maquillar productos alimenticios.

Los más habituales son los que encontramos en refrescos light o tipo Zero.

¿Edulcorantes o azúcar?

¿Son mejores los edulcorantes que el azúcar para endulzar alimentos? Realmente la respuesta es complicada, ya que depende mucho de cuál sea el objetivo para utilizar los edulcorantes en nuestra rutina diaria. Si estamos ante una estrategia de pérdida de peso, el uso de edulcorantes puede ser una herramienta interesante hasta cierto punto para reducir el número de calorías que ingerimos.

Sin embargo, esto puede llegar a ser un arma de doble filo, ya que los edulcorantes nos mantienen enganchados al sabor dulce. Los edulcorantes no están en manzanas o guisantes, porque no los necesitan. Se añaden habitualmente en productos de muy mala calidad nutricional, como bollería, galletas, dulces, refrescos, chocolates y otros ultraprocesados que buscan mantenernos pegados a su sabor.

Además de esta dependencia prolongada al sabor dulce, los edulcorantes también plantean ciertas dudas sobre la relación que tienen con la microbiota humana.

Los edulcorantes podrían alterar la microbiota

Nuestra microbiota, entendida como la comunidad de microorganismos que tenemos en nuestro cuerpo, también siente y puede verse alterada ante ciertos problemas de salud y la ingesta de determinados alimentos. En este caso, parece que ciertos edulcorantes podrían alterar el bienestar de nuestra microbiota, haciendo que estemos predispuestos a un peor estado de salud.

Sobre todo, los problemas que parecen tener los edulcorantes están relacionados con la inflamación intestinal y problemas digestivos varios. Tal es el caso que, los polialcoholes (un tipo de edulcorantes) deben añadir de forma obligatoria por legislación un aviso en los productos que los contienen: “un consumo excesivo de este producto puede producir efectos laxantes”.

Por lo tanto, no, los edulcorantes no serían mejor que el azúcar, deberíamos evitar ambos.

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¿Cuánta sal es saludable al día?

La sal es uno de los ingredientes más polémicos en lo que respecta a alimentación y salud. Aunque bien es cierto que el azúcar lleva varios años cobrando todo el protagonismo, la sal también suele ser motivo de preocupación respecto a su relación con la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.

Hablamos generalmente de sal como cloruro sódico, la conocida sal de mesa, aunque también existen otros tipos de sales como la sal yodada que se recomienda en aquellas poblaciones que puedan tener presente un déficit de yodo para prevenir enfermedades asociadas como el bocio.

Composición de la sal

Como decía, la sal de mesa que todos conocemos es químicamente cloruro sódico (NaCl). Dentro de este compuesto encontramos un 40% de sodio, el nutriente que es realmente de interés para evaluar la relación negativa de la sal sobre la salud humana.

Es importante destacar que nuestro organismo necesita pequeñas cantidades de sodio para llevar a cabo funciones metabólicas y hormonales, como por ejemplo el control de las membranas de nuestras células o el transporte de nutrientes. Por ello, el sodio no es un elemento químico del que debamos huir ni tener miedo. Lo que sí debemos es moderar su consumo en ciertas cantidades pero no eliminarlo al 100% de nuestra dieta ya que es necesario para vivir.

Debemos moderar el consumo de sodio ya que diferentes estudios a lo largo de los años han vinculado su ingesta elevada con un aumento de la presión arterial o hipertensión, siendo factor de riesgo contrastado en relación a diferentes enfermedades un conocido del sistema cardiovascular, así como otras muchas enfermedades metabólicas.

Las evidencias en contra de la sal

Algunos estudios científicos arrojan conclusiones importantes en relación a los efectos negativos de la sal sobre la salud. De hecho, existen evidencias que apuntan a la reducción de la presión arterial ante una reducción moderada de sal, por ejemplo pasando de 5 a 3 g o de 1 a media cucharadita al día.

Sin embargo, por el momento no existe consenso científico sobre el proceso metabólico que se produce durante este mecanismo, ya que se aprecian diferencias entre las personas que participaron en los diferentes estudios. Por ejemplo, si los sujetos del estudio ya contaban con un estado de hipertensión previo, sus parámetros saludables eran más fácilmente mejorables.

Actualmente existen recomendaciones concretas sobre el consumo de sal emitidas desde autoridades de referencia como EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria). Estas recomendaciones fijan un consumo máximo recomendado de 5 g de sal al día, unos 2 g de sodio aproximadamente o la cantidad equivalente a una cucharilla pequeña.

Según datos de la propia EFSA, la ingesta media de sal varía mucho en los diferentes países de la Unión Europea, oscilando entre 8 y 15 g al día. España ocupa posiciones bastante elevadas con un consumo aproximado de 12 gramos de sal diarios de media, más del doble de lo recomendado.

La reducción de sal resulta beneficiosa

Durante los últimos años la sal ha sido bastante controvertida, ya que muchas personas señalaban que su impacto negativo hacia la salud no era para tanto como se creía. Sin embargo, las últimas evidencias científicas parecen apuntar a que sí es importante vigilar su consumo, ya que resulta ser crucial en los problemas de hipertensión que a su vez son factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares.

Por ello, las estrategias de reducción de sal en los productos alimenticios podrían resultar útiles para disminuir el impacto negativo de la salud hacia nuestra salud. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la sal solo es un factor entre tantos, por lo que no debemos despistarnos con otros ingredientes insanos y culpar a la sal de todo.

Para mí, el principal problema sobre el consumo de sal se encuentra en aquellos productos que contienen sal sin que nos demos cuenta y no tanto en la que añadimos intencionalmente a la comida o mientras cocinamos. Esto sucede con muchos ultraprocesados, al igual que pasa con el azúcar oculto, donde debemos fijarnos bien leyendo el etiquetado alimentario para darnos cuenta de las cantidades de sal que realmente contienen estos productos.

Por otro lado, también puede ser interesante utilizar puntualmente algunas sales bajas en sodio o ricas en potasio para complementar la ingesta de micronutrientes. De esta forma ayudaremos a equilibrar el balance de minerales de nuestro organismo entre el sodio y el potasio.

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¿Cuál es el mejor tipo de chocolate?

El chocolate es uno de los alimentos más queridos por todos, indudablemente. Por desgracia, generalmente, es un producto alto en calorías y azúcares añadidos que debería consumirse lo menos posible en el contexto de una dieta saludable.

Sin embargo, no todos los chocolates son así. Existen chocolates con altos porcentajes de cacao que podrían tener una presencia mayor en nuestra dieta sin ningún problema, aproximadamente a partir del 75% de cacao podemos considerar que un chocolate es saludable.

Para empezar, debemos saber que a nivel legal existen varias definiciones que nos dicen qué es exactamente el chocolate. Según la reglamentación técnico-sanitaria sobre los productos de cacao y chocolate en España, el chocolate es el producto obtenido a partir de productos de cacao y azúcares que debe contener un 35% como mínimo de materia seca total de cacao, del cual un 18% como mínimo será manteca de cacao (la grasa del cacao) y un 14% como mínimo materia seca de cacao desgrasado.

Partiendo de esta definición, podemos encontrar multitud de tipos y posibilidades en lo que a chocolate se refiere, aunque las categorías más básicas son el chocolate blanco, chocolate con leche y chocolate negro.

Chocolate blanco

El chocolate blanco es uno de los tipos de chocolate más polémicos, ya que algunas personas dicen que no debería considerarse como chocolate. ¿Por qué? Pues porque realmente no contiene la parte magra del cacao, que es aquella relacionada con beneficios saludables asociados a sus polifenoles.

El chocolate blanco está elaborado a partir de la manteca del cacao, es decir, la parte grasa. Sin embargo, no contiene nada de la parte magra del cacao que es la responsable de su característico color marrón oscuro. Por ello, el chocolate blanco tiene una tonalidad muy diferente a otros tipos de chocolates.

Además de la manteca de cacao, el chocolate blanco también puede contener leche en diferentes formatos. Según la reglamentación técnica del cacao, el chocolate blanco es el producto obtenido a partir de manteca de cacao, leche o productos lácteos y azúcares que debe contener, como mínimo, un 20% de manteca de cacao y, al menos, un 14% de extracto seco de leche, del que un 3,5% como mínimo corresponderá a materia grasa láctea.

Si hablamos de nutrición y salud, probablemente el chocolate blanco sea el tipo de chocolate menos saludable, ya que está compuesto por una elevada cantidad de azúcares añadidos y de grasa, siendo un producto muy calórico y con pocos nutrientes de interés.

Chocolate con leche

A medio camino encontramos el chocolate con leche, el tipo de chocolate probablemente más consumido y el más reconocible por todo el mundo.

El chocolate con leche sí que posee la parte magra del cacao, de hecho por legislación debe contener un porcentaje mínimo de cacao. Según la reglamentación técnica del cacao, el chocolate con leche es el producto obtenido a partir de productos de cacao, azúcares y leche o productos lácteos que debe contener como mínimo 25% de materia seca total de cacao, un 14% de extracto seco de la leche, un 2,5% de materia seca y desgrasada de cacao, un 3,5% de materia grasa láctea y un 25% de materia grasa total (sumando la manteca de cacao y la materia grasa de la leche).

Podríamos decir que este chocolate es un poco mejor que el chocolate blanco, en lo que a nutrición se refiere. Sin embargo, sigue sin poderse considerar como un alimento saludable ya que posee enormes cantidades de azúcares añadidos que lo convierten en una auténtica bomba calórica.

Chocolate negro

Por último encontramos el chocolate negro, el cual esconde un secreto interesante detrás. Y es que, realmente, la denominación “chocolate negro” no está recogida por la legislación al contrario de lo que ocurre con “chocolate blanco” y “chocolate con leche”.

En la mayoría de ocasiones, el término “negro” se utiliza en el chocolate como un reclamo de marketing que se asocia a una mayor calidad nutricional, sin embargo no tiene por qué ser así. Un chocolate que indique “negro” en la portada puede seguir conteniendo enormes cantidades de azúcar.

Por ello, de lo que debemos hablar es de chocolates con alto porcentaje de cacao, y no de chocolate negro. Como comentaba antes, un buen chocolate es aquel que contiene como mínimo un 75% de cacao aproximadamente. A partir de ahí, cuanto más chocolate tenga más saludable será por los polifenoles de la parte magra del cacao.

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¿Cómo ordenar los alimentos en la nevera?

Guardar correctamente los alimentos en la nevera es una habilidad que no todo el mundo podría estar desarrollando de forma adecuada. Y es normal, ya que requiere de unos conocimientos previos en seguridad alimentaria que no todos tenemos.

Es bastante habitual colocar los alimentos de forma un tanto aleatoria, sin pararnos a pensar en algunos aspectos clave que pueden deteriorar la duración en el almacenamiento de los mismos. Por ello, en el artículo de hoy te doy algunas claves para que puedas guardar los alimentos de forma segura en el frigorífico.

Mira la fecha de caducidad

Es importante que coloquemos los alimentos que antes se vayan a echar a perder en la parte delantera del frigorífico, dejando detrás los que tengan una fecha más amplia. Así ayudaremos a reducir el desperdicio de los alimentos.

Por otro lado, también es muy importante que no llenemos excesivamente el frigorífico, ya que el aire frío debe tener suficiente espacio para circular correctamente entre los diferentes productos y envases, de lo contrario no se enfriarán de forma correcta.

Fíjate en los símbolos de tu frigorífico

Algunos alimentos tienen ubicaciones concretas en el frigorífico que vienen ya señaladas mediante algún código o símbolo que nos facilita la tarea. Por ejemplo, en la mayoría de frigoríficos encontramos un cajón, habitualmente en la parte inferior, destinado al almacenamiento de vegetales, frutas, verduras y hortalizas.

Por otro lado, también existen las clásicas hueveras ubicadas en la puerta del frigorífico. Sin embargo, en este caso, la ubicación del huevo no es la más indicada ya que en la puerta se producen muchos cambios de temperatura. Los huevos deberían ser almacenados idealmente en su envase en el primer estante del frigorífico.

En la puerta del frigorífico deberíamos guardar siempre aquellos productos que sean menos susceptibles a los cambios de temperatura, como conservas, salsas y bebidas.

¿Y qué pasa con los productos que descongelamos? En este caso, lo mejor será guardarlos en los estantes inferiores del frigorífico, siempre en recipientes herméticos. De esta forma evitaremos que los exudados del producto contaminen otros alimentos del frigorífico.

Cuidado con la contaminación cruzada

En este sentido, uno de los consejos más importantes es que nunca mezclemos los alimentos crudos o sin cocinar de aquellos que ya están cocinados (las típicas sobras de comida) o de ingredientes que ya vienen preparados. De esta forma evitaremos la contaminación cruzada, es decir, una transmisión de microorganismos patógenos de los alimentos crudos hacia los cocinados.

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Insomnio: alimentos recomendados

Dormir el tiempo necesario no es únicamente un hábito saludable, sino que es imprescindible para la vida. No podríamos vivir si no dormimos, ya que el sueño regula todos los procesos biológicos que puedas imaginar, influye y afecta a todos y cada uno de ellos, especialmente el que nos ocupa, la nutrición. Para un cuerpo bien nutrido es importantísimo descansar. No solo importa el número de horas que lo hagamos sino que sean confortable, tanto por los materiales [colchón, almohada, ropa…] como por la ergonomía de los mismos [que se adapten a nuestro cuerpo y a nuestras necesidades].

En cuanto a las horas, creo que todos las tenemos más o menos claras: un adulto estaría en condiciones de afrontar el día después de dormir 7-8 horas, mejor 8 que 7, y un niño de 8 a 10 horas dependiendo de su edad. Hablo de horas efectivas, no de tumbarse en la cama, porque podemos tardar en dormirnos dando vueltas a cualquier problema. También hay desajustes que nos hacen dormir mal y no tenemos mucho en cuenta, el insomnio leve que se calcula que afecta a un 40% de la población mayor de 45 años y el insomnio grave o profundo a un 23% de la población europea. Sin embargo, suponen únicamente el 6% de las consultas médicas. De esto se deduce que le estamos dando poca importancia a algo vital. Deberíamos tomar cartas en el asunto en las primeras ocasiones que esto nos ocurra para atajarlo cuanto antes y que no se convierta en algo crónico.

Dormir cómodo y las horas necesarias, entre otras muchas cosas, refuerza nuestro sistema inmune. También nuestro corazón te lo agradece ya que durante el sueño puede rebajar su trabajo, lo que hace que no lo agotemos tanto. Mientras dormimos quemamos calorías y, sobre todo, metabolizamos los excesos de grasas. Según algunos estudios hasta un 55% más que si dormimos de manera irregular. Uno de sus mejores beneficios es que equilibra el sistema nervioso.

Todos hemos experimentado ese nerviosismo durante el día si no hemos dormido bien, si esto se alarga en el tiempo puede tener serios problemas para nuestra salud y es una de las causas del estrés que a su vez propicia la mala absorción de los nutrientes. Hay que repetir que afecta a todas la funciones de nuestro organismo.

Alimentos/remedios aconsejables

Evidentemente, estos alimentos/consejos, son solamente una orientación, una pequeña ayuda, habrá que consultar a un especialista si padecemos insomnio de manera habitual.

La melisa y la pasiflora son dos de las mejores plantas para conciliar el sueño. Podemos poner una cucharadita de cada una de ellas por cada taza de agua recién hervida, dejamos reposar unos 5 minutos y tomamos. Lo ideal sería un par de horas antes de irnos a dormir. También sería útil la infusión de tila y manzanilla, con los mismos tiempos que las anteriores. Ambas las podemos ir alternando. Lo ideal de cualquier remedio contra el insomnio sería tomarlo durante un tiempo, no más allá de 10 días seguidos ya que sino dependeremos de este para dormir y tampoco es la solución. Lo ideal es volver a un ritmo sano de sueño por regulación de nuestro organismo.

Hay varios estudios que afirman que una causa del insomnio [más allá del estrés, las preocupaciones…] se debe a la falta de ácido fólico o vitamina B9. Debo recordarte que lo encontramos en las verduras de hoja verde, en las crucíferas especialmente, en el plátano, naranja, aguacate, papaya y en los cereales integrales [especialmente en el arroz integral]. Existe un elemento, el triptófano, que, además de ser eficaz contra la ansiedad, la depresión y los desajustes en el sistema nervioso, es indicado para conciliar el sueño. Lo contienen en buenas cantidades las almendras, las avellanas, las nueces, los pistachos, la quinoa, las lentejas, las judías blancas, los garbanzos… En resumen, los frutos secos y las legumbres.

Entre los hábitos recomendados está acostarse siempre a la misma hora, cenar dos o tres horas antes de irnos a la cama, no ver la televisión o el móvil hasta justo antes de tumbarnos y dejar mínimo media hora sin ninguna distracción.

Desmontando 51 mitos nutricionales

Envases de plástico, ¿cómo distinguir su calidad?

Aunque lo ideal sería utilizar el menor número de envases de plásticos posible por la enorme contaminación que provocan, en el mundo que hemos creado resulta muy difícil escapar de ellos, los encontramos en productos de limpieza, cosmética… y especialmente en la industria de la alimentación. Ya que forman parte de nuestra vida vamos a aprender cuáles son los más seguros.

Estos son algunos números, símbolos que podemos encontrar en los envases de plástico, vamos a ver qué significan.

plasticos
  1. PET: Suele pertenecer a botellas de agua o a envases individuales, de los más seguros del mercado.
  2. HPDE: estos envases son de los más recomendables, de los más fiables, los que sí se pueden reutilizar, por ejemplo serían interesantes en tapers, junto con el 4.
  3. PVC: de los más utilizados y de los que más dudas generan en cuanto a nuestra salud por la transferencia de sus sustancias a los alimentos, por ejemplo en algunas marcas de papel de aluminio.
  4. LDPE: es bastante seguro, se suele usar en alimentación.
  5. PP: el más seguro de todos junto con el número 2, son las mejores opciones para plásticos en alimentación, tanto en envases como utensilios [botellas, jarras, tapers…]
  6. PS: Poliestireno. Utilizado habitualmente en envases y cubiertos de comida para llevar, envoltorio interior de yogures… se debería evitar.
  7. Otros: este le evitaría porque incluye una amalgama de tipos de plásticos que pueden poner en riesgo nuestra salud.

Como resumen, deberíamos decantarnos por plásticos con el número 2 o 5, y si son botellas de agua con el número 1, no reutilizarlas.

El colágeno en polvo o pastillas, ¿es útil?

Desde hace algunos años, no muchos, nos bombardean con anuncios de suplementos de colágeno, incluso en algunos alimentos han ‘metido’ un extra de colágeno, vendiéndonos que ingiriendo este en pastillas o polvo o gelatinas, estaremos regenerando el colágeno de nuestro organismo. El colágeno es una proteína que forma parte de nuestros tendones, tejidos conjuntivos, cartílagos, músculos, piel, huesos… por lo tanto imprescindible para nuestra salud, pero vamos a ver cómo funciona.

¿Cómo funciona el colágeno?.

Nuestro organismo tiene la capacidad suficiente, por sí mismo, de generar colágeno, no necesita ingerirlo del exterior, ni a través de suplementos, ni de alimentos con colágeno, ni en polvo… ¿Y cómo lo genera?, con buenas cantidades de proteínas, de aminoácidos, que obtendremos a través de una buena alimentación, es decir, el colágeno ingerido, no forma colágeno en nuestro cuerpo.

El colágeno en los animales, también en nosotros, forma fibras muy resistentes, cuando estas fibras son sumergidas en agua y hervidas a altas temperaturas, se rompen, se desnaturalizan, dejan de cumplir su función, es lo que ocurre con las gelatinas.

Nuestro proceso digestivo, como hemos visto en muchas ocasiones, degrada los alimentos hasta moléculas muy pequeñas que pueden ser absorbidas, por ejemplo si tomamos legumbres, degradará sus proteínas en aminoácidos para que traspasen la pared del intestino y cumplan sus funciones, entre ellas ‘fabricar’ colágeno. Con un suplemento de colágeno pasa lo mismo, lo que se absorbe no es el colágeno que va a ‘fabricar’ colágeno, esto es biológicamente imposible, lo que se pueden absorber son aminoácios, iguales que los de las legumbres, frutos secos, alimentos de origen animal… es decir, nos estamos gastando el dinero en un suplemento innecesario, ya que esas proteínas, esos aminoácidos ya los tomamos a través de nuestra alimentación habitual, además vivimos en una parte del mundo que el problema no es el déficit de proteínas, sino el exceso, por lo tanto estamos tirando el dinero.

En cuanto al deterioro de esos cartílagos, huesos, tendones, tejidos conjuntivos… es completamente normal con el paso de los años, pasa con todos los procesos vitales, habrá que mirar qué hay detrás de ese deterioro,si es muy agudo, prematuro, si hay causas secundarias, que un médico valore la situación, pero desde luego esos suplementos de colágeno no te servirán de nada.

Conclusión: el colágeno lo crea nuestro organismos a partir de las proteínas, también se ha asociado a buenos niveles de vitamina C, tomar colágeno, no crea colágeno, por mucho que te lo adornen con pseudociencia las marcas que lo comercializan.

>> Este es un resumen, de un artículo algo más científico que podéis leer en:
https://lacienciaysusdemonios.com/2016/06/28/la-absurda-mezcla-entre-ignorancia-y-estafa-de-los-suplementos-de-colageno/

>> Os dejo también 2 estudios de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, que concluyen que los beneficios de este suplemento no tienen evidencia científica:

http://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/pub/2291

http://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/pub/3257

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Proteínas vegetales 100% completas

Cuando nos decidimos a seguir una dieta vegana, uno de nuestros principales interrogantes es saber dónde encontrar las proteínas completas. Estamos acostumbrados a escuchar que son las carnes, lácteos y huevos los que tienen una mayor cantidad de este nutriente básico para el organismo y, aunque es verdad, también es posible tener una dieta sana y equilibrada con proteínas completas comiendo únicamente alimentos de origen vegetal.

Las proteínas están formadas por aminoácidos. Dentro de estos aminoácidos hay que señalar los llamados aminoácidos esenciales. Estos se caracterizan por ser los que el cuerpo humano no es capaz de generar por sí mismo. Por ello, es necesario integrarlos a través de la alimentación, son ocho.

Cuando hablamos de las mejores fuentes de proteínas vegetales, en realidad nos estamos refiriendo a aquellos alimentos que tienen todos los aminoácidos esenciales y que, por tanto, hace que no necesitemos tomar ningún complemento adicional.

Legumbres más cereales o semillas

La mejor forma de obtener todos los aminoácidos esenciales es mediante la combinación de legumbres [lentejas, garbanzos, judías, azukis…] y cereales [arroz integral, espelta, centeno, mijo, bulgur, maíz, amaranto, cuscús integral…], tendrían el mismo valor biológico y disponibilidad que las proteínas procedentes de alimentos de origen animal. También los obtenemos de la combinación de legumbres y semillas [sésamo, lino, amapola, chía, pipas de girasol, de calabaza…]. Si tomamos un plato de lentejas con una rebanada de pan de centeno estaríamos tomando proteínas completas, un plato de lentejas con arroz, también con el hummus [garbanzos con sésamo, entre otros ingrediente, mira aquí la receta], las combinaciones son múltiples.

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Hay que aclarar que no es necesaria, ni obligatoria siempre esta combinación, que ya las legumbres por sí mismas son muy ricas en aminoácidos, los garbanzos y alubias se consideran completas. Los cereales por su parte, también contienen buena cantidad de aminoácidos. Si llevamos una dieta equilibrada con legumbres, cereales integrales, semillas, frutos secos, frutas y verduras nunca tendremos déficit de proteínas.

QUINOA

Ya hablamos de los beneficios de la quinoa en el artículo sobre los cereales más beneficiosos para nuestro organismo. En realidad, esta semilla es un pseudocereal, aunque por sus usos y cualidades suele ser considerado como tal.

A nivel nutricional, pocos alimentos pueden competir con la quinoa. Tiene vitaminas del grupo A, B y E y una gran cantidad de minerales como el potasio, el magnesio, el calcio, el fósforo o el zinc en las cantidades adecuadas para ser lo más saludable posible. Y por supuesto proteínas 100% completas.

Debemos lavarla a fondo debajo del grifo ya que de lo contrario podemos encontrarle un desagradable regusto amargo.

SOJA

La soja es uno de los alimentos más consumidos por vegetarianos y veganos. La razón principal es que también tiene todos los aminoácidos esenciales para el organismo. La podemos encontrar en distintas formas: tempeh, leche de soja, derivados lácteos, salsa, tofu, en grano, etc… La forma más rica de tomar soja, por sus nutrientes y sus proteínas completas es el tempeh

Otras fuentes

  • Garbanzos: actualmente son considerados por la inmensa mayoría de nutricionistas como proteínas completas, apenas le falta una pequeña cantidad de uno de los aminoácidos que con toda seguridad se completará a lo largo del día
  • Trigo sarraceno: al igual que con los garbanzos prácticamente podemos considerarlas completas
  • Amaranto: otro cereal rico en aminoácidos esenciales

Para acabar, también hay que señalar que no es necesario tomar todos estos aminoácidos en una misma comida, sino que podemos ir consumiéndolos a lo largo del día.

Enlace directo: bit.ly/alvarovargas

10 razones para comer aguacate

Como en mucha ocasiones os he comentado, el aguacate es un alimento que deberíamos incluir en nuestra dieta diaria, con medio aguacate al día o uno entero en días alternos, tendríamos más que suficiente para aprovechar todos sus beneficios, que son muchos y ahora los veremos. A pesar de ‘su mala fama’ por su número de calorías, su inmensa mayoría son grasas saludables, aquellas que será mucho más difícil que se acumulen, apenas presenta grasas saturadas y como cualquier alimento de origen vegetal, no tiene colesterol.

10 razones para amar el aguacate:

01. Como acabo de comentar supone un buen aporte de grasas insaturadas, de grasas saludables que protegerán a nuestro sistema cardiovascular

02. Colabora en la regulación del colesterol en sangre, además de por sus ácidos grasos por su buena cantidad de fibra, colaborando a evitar la formación de ateromas

03. Esos mismos ácidos grasos nos ayudan a mantener y mejorar la elasticidad de los vasos sanguíneos, previniendo la formación de trombos

04. Supone una buenísima fuente de antioxidantes, lo que nos ayudará a combatir los radicales libres evitando que ataquen nuestras células

05. Su cantidad de vitamina E unida a estos antioxidantes protegen e hidratan nuestras piel, evitando el envejecimiento prematuro

06. Su vitamina B6 colabora con nuestras defensas, con el sistema inmune protegiéndonos frente a diversas dolencias

07. Su boro junto al fósforo,  magnesio y potasio se han demostrado eficaces en procesos inflamatorios, especialmente en el tratamiento de la artritis

08. Su alto contenido en fibra y potasio y baja en sodio ayuda a regular la presión arterial

09. Ese contenido en fibra, unido a sus ácidos grasos, también resulta eficaz contra el estreñimiento, facilita el tránsito intestinal.

10. Su potasio colabora en la relajación y recuperación muscular después del ejercicio físico

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Absorber mejor el calcio

El calcio es de los minerales más importantes para nuestra salud, no en vano necesitamos una mayor cantidad de él que de ningún otro. Entre sus principales funciones están la formación y manteniendo de la densidad ósea [de nuestros huesos], también de los dientes, función que realiza en combinación con el fósforo. También se encarga de que el corazón funcione de manera correcta, tarea que comparte con el magnesio; que los músculos se muevan de forma acompasada, además colabora en la liberación de hormonas y enzimas fundamentales para nuestro organismo.

Para que haya una buena absorción del calcio tiene que haber una buena relación en ese alimento entre el fósforo y el propio calcio, así, la cantidad de calcio debe ser el doble que la de fósforo, la leche de origen animal y los lácteos en general tienen unos niveles de fósforo muy elevados, lo que dificulta la absorción correcta de su calcio. Los alimentos con mejor relación calcio-fósforo son las crucíferas [brócoli, coliflor, repollo, col rizada, coles de Bruselas…], no debería faltar una ración diaria de ellas en nuestra dieta.

Tener unos buenos niveles de vitamina D es otro de los factores para una buena asimilación del calcio, en Europa existe déficit hasta en un 40% de la población y en algunos países es obligatoria la fortificación de algunos alimentos, sobre todo los destinados a niños. ¿Cómo la obtenemos?, muy sencillo, tomando el Sol 10-15 minutos al día, que nos dé en cara y brazos, en un parque, en tu balcón, en la playa si tienes esa suerte… si vives en una zona con pocas horas de luz recomendaría tomar un suplemento, después de conocer nuestro niveles con un análisis de sangre.

También deberíamos comer alimentos ricos en magnesio [todas las verduras de hoja verde, frutos secos, cacao puro, legumbres…], para que en colaboración con el calcio podamos prevenir enfermedades coronarias. Os dejo aquí el enlace a un artículo mío sobre su importancia.

El azúcar blanco, refinado es el mayor enemigo del calcio, el alimento que más impide su absorción, debemos evitar también las bebidas carbónicas, la mayoría de los refrescos lo son, a lo que hay que sumar la enorme cantidad de azúcares que contienen. También los embutidos, patatas fritas industriales, salsas cuya base sea láctea [natas], quesos para fundir… disminuyen la absorción del calcio por su contenido en fosfatos. Las comidas demasiado saladas provocan que parte de este mineral se pierda en la orina, un abuso de proteínas tiene la misma consecuencia. 

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