¿Mejor zumos o frutas enteras?

Hace algunos años las recomendaciones, sobre todo médicas, era darle zumos a los niños, también los adultos, para que no les faltaran vitaminas [de ahí el boom del zumo de naranja en el desayuno], y tenían cierta razón, las mejores fuentes de vitaminas son las frutas. Pronto la industria se aprovechó de esta recomendación y comenzaron a comercializar mil y un zumos, néctares… cargadísimos de azúcares y enfocando su publicidad al público infantil. De hecho, si te das una vuelta por un parque o por el recreo de un colegio, todavía verás a muchos niños con estos bricks poco recomendables.

Vale, esto en cuando a los industriales, ¿pero qué pasa con los caseros o los recién exprimidos en la cafetería?. Cuando exprimimos la fruta, le estamos quitando la fibra, esto lo que propicia es que el zumo, un líquido, pase poco tiempo en el estómago y su absorción, la absorción de sus azúcares simples se realice de forma rapidísima, lo que provoca picos de glucosa en sangre. También resulta mucho más fácil que esos azúcares simples se acumulen como grasa.

La Organización Mundial de la Salud incluye estos azúcares, los de la fruta exprimida, en la misma categoría que los azúcares añadidos que encontramos en multitud de productos del supermercado. Ten en cuenta que el zumo de 2 naranjas equivale a unos 18 gramos de azúcares simples, una cantidad grande teniendo en cuenta la rapidez con la que nos bebemos. Mejor cambiarlo por una naranja entera, serán 9 gramos de azúcares pero acompañados de esa fibra que harán que los azúcares se asimilen más lentamente y no se producirán los picos de glucosa.

Es importante dejar claro que ningún zumo, ni de frutas, ni de verduras, debe sustituir nunca a las comidas principales, pueden ser un complemento puntual, pero no un ‘plato’ principal.

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