Nutrientes sin azúcar añadido 100 ml: 76 calorías, grasas 4 g [gasas saturadas 1 g, grasas insaturadas 2,1 g], hidratos de carbono 7 g, fibra 2 g, azúcares 3 g, proteínas 2 g, colesterol 0 mg, sodio 12 mg, potasio 124 mg, calcio 42 mg, magnesio 52 mg, fósforo 32 mg
Origen
Aunque su origen está en Asia Menor, su nombre procede del latín y significa ‘nuez de Avella’, pueblo perteneciente a la región italiana del Avellino. Se introdujo en gran parte de Europa en el s. XVII, en España tuvimos que esperar hasta el s. XIX, a pesar de esto, actualmente somos el tercer productor a nivel mundial.
Propiedades
Por la presencia de fósforo la hacen interesante para trabajos intelectuales, para la memoria, el aprendizaje, siendo una buena leche para niños y personas mayores. Su magnesio nos ayuda en la relajación muscular, lo que unido al potasio la convierten en útil para los deportistas. Además, ese mismo magnesio ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, mejorando la elasticidad de los vasos sanguíneos y equilibrando el colesterol en sangre.
Por su vitamina A, C y E nos ayuda contra el envejecimiento prematuro de la piel y su ácido fólico ayudará a las embarazadas en la formación del feto. Su arginina refuerza nuestro sistema inmune. Este componente es útil durante la menopausia para reducir los típicos sofocos.
Aunque resulta muy saludable y nutritiva, no es una leche para tomar a diario ya que es muy pesada y de las que más calorías contiene, las más interesantes para cada día serían la leche de almendras y la leche de avena.