Nutrientes 100 g: 81 calorías, grasas 0,4 g [gasas saturadas 0,1 g, grasas insaturadas 0,2 g], hidratos de carbono 15 g, fibra 5 g, azúcares 6 g, proteínas 5,7 g, colesterol 0 mg, sodio 244 mg, potasio 244 mg, calcio 26 mg, magnesio 33 mg, vitamina C 40 mg, vitamina A 765 IU

Origen

Se han encontrado restos silvestres que datan de hace unos 10.000 años en las regiones que hoy son Turquía, Jordania, Arabia Saudí… Su cultivo comenzó sobre el 7.800 a. C. en la misma zona. Ya en el año 2.000 a. C. estaba presente en Europa y la India, utilizándose para alimentar a animales no humanos. Ya en el s. XVII era un alimento común para humanos.

Propiedades

Por su ácido fítico, linoléico, málico, lecitina y vitamina C son altamente recomendables para bajar el colesterol ‘malo’, cuidar nuestro corazón y mejorar y mantener en buena forma la circulación sanguínea.

Su altísimo contenido en vitamina K ayuda a detener posibles hemorragias internas. Además, fortalece nuestros huesos, gracias a sus buenas cantidades de calcio, magnesio y fósforo. Este fósforo también será útil para nuestro cerebro, especialmente para mantener activas las conexiones neuronales, siendo muy indicados en trabajos intelectuales y época de estudios. Gracias a su riboflavina participan en el mantenimiento de la buena salud del sistema respiratorio y colaboran en el buen estado de piel, uñas y pelo. Los frescos tienen una mayor concentración de nutrientes que los congelados o los secos.