Todos sabemos que hacer ejercicio tiene grandes beneficios en nuestra salud. Junto con una nutrición equilibrada, es la mejor forma de estar saludables y prevenir todo tipo de enfermedades. Justo como pasa con la nutrición, el equilibrio es fundamental para conseguir todos estos beneficios. No se trata de realizar muchas horas de ejercicio al día sino de que este sea constante y se mantenga a lo largo del tiempo.
Según la European Heart Network, un 42% de la población española es sedentaria. Esto hace que los índices de obesidad, hipertensión, diabetes y sobrepeso se hayan multiplicado en los últimos años. Una dieta equilibrada y el ejercicio es la mejor manera de evitar estas enfermedades.
Los beneficios
Realizar ejercicio a diario reduce en un 50% las posibilidades de sufrir infarto de miocardio y un 30% las de sufrir una embolia o accidente cerebrovascular. También reduce el colesterol y previene frente a la hipertensión arterial.
Por otra parte, también tiene beneficios en el sistema respiratorio, aumentando la capacidad de nuestros pulmones, algo muy importante si somos alérgicos o tenemos asma. También tiene ventajas en el apartado óseo y muscular ya que favorece la musculación y el funcionamiento de las articulaciones.
Es necesario mencionar la labor fundamental del ejercicio en la prevención de enfermedades degenerativas y todos los tipos de cáncer. El ejercicio constante aumenta nuestra resistencia a las infecciones y fortalece el sistema inmunológico del cuerpo humano.
Como ya hemos repetido en multitud de ocasiones, hacer ejercicio es también fundamental para conseguir perder peso. Sirve para prevenir la obesidad y el sobrepeso, ayudándonos a quemar las calorías que ingerimos.
Por último, hay que mencionar los beneficios del ejercicio en la salud psicológica. Se ha demostrado un papel activo en la reducción del estrés, la ansiedad e incluso la depresión.
El ejercicio recomendado
En cuanto al ejercicio recomendado, la mayor parte de los médicos recomiendan realizar al menos media hora al día cinco veces a la semana. El cuerpo también necesita descansar. Este pequeño esfuerzo es suficiente para lograr todo lo mencionado en el apartado anterior. Los niños, sin embargo, necesitan realizar el doble de actividad física, pudiéndola realizar por medio de los juegos habituales.
Es mejor realizar una rutina de ejercicio que simplemente andar, ya sea bicicleta, running, algo de gimnasio, natación, etc. Si nos decidimos por andar hay que realizarlo al estilo marcha, rápidamente, para que nuestro organismo note la diferencia. Se ha demostrado que realizar más ejercicio que el recomendado, como ocurre en los deportistas de alto rendimiento, tiene también bastantes contraindicaciones que van más allá de la posibilidad de sufrir lesiones permanentes.
Si no estamos muy acostumbrados a realizar ejercicio, podemos empezar poco a poco. Una vez que nuestro cuerpo se vaya habituando podemos subir hasta los 30 o 45 minutos recomendados por los expertos.
Igualmente hay que señalar que el calentamiento previo es necesario para evitar lesiones. Y no solo el calentamiento, sino que también es recomendable realizar el enfriamiento. No debemos parar de golpe, sino poco a poco, para que nuestro organismo se vaya acostumbrado y no nos afecte negativamente.