Prevención del cáncer de colon, el más numeroso

El cáncer de colon y recto, también conocido como cáncer colorrectal, es el tipo de cáncer más frecuente en España en la actualidad en la población en general. Es el tercero en los hombres tras el de próstata y pulmón y el segundo en mujeres tras el de mama. Se trata de un cáncer no demasiado agresivo que si se detecta a tiempo, antes de que pase a otros órganos como el hígado, el pulmón o haga metástasis en los huesos o el cerebro, se puede curar con bastante más facilidad que otras variedades.

Para ello es fundamental la prevención pero también la detección temprana, ya que si encontramos la enfermedad en sus primeras fases, será mucho más fácil una recuperación completa en poco tiempo, disminuyendo bastante el riesgo de mortalidad.

Los síntomas

A partir de los 50 años, las posibilidades de padecer cáncer colorrectal se multiplican. Es en esos momentos en el que se recomienda realizar alguna de las pruebas disponibles como la colonoscopia para la detección temprana.

Hay que tener en cuenta que la mayor parte de los síntomas serán difíciles de identificar hasta etapas avanzadas de la enfermedad, como pasa con los cánceres ginecológicos. Entre los síntomas que nos pueden poner en alerta hay que destacar el dolor abdominal, que puede remitir ligeramente tras expulsar gases o realizar deposiciones, periodos de diarrea y estreñimiento, vómitos o pérdida de peso sin motivo aparente.

También son signos de alerta las heces con forma de lápiz, síntoma de que el conducto se ha estrechado, o si las mismas aparecen con restos de sangre. Igualmente, es habitual una sensación de no haber acabado de vaciarnos por completo tras realizar la defecación.

La prevención

Como decía, la mejor manera de evitar el cáncer de colon y recto es la prevención. Para ello, tener una nutrición adecuada y tomar grandes cantidades de fibra es fundamental. En este sentido se recomienda comer cereales integrales y reducir al máximo los productos realizados con harina blanca.

Aún más peligroso que la harina blanca, es el consumo de alimentos con grandes cantidades de grasa saturadas o de origen animal. Hay que tener en cuenta que para expulsar la misma, el organismo lanza al tracto digestivo ácidos biliares, necesarios para disolver la grasa. Estos ácidos biliares pueden promover la aparición de tumores en el colon.

En cuanto a alimentos saludables, las frutas y verduras son las adecuadas para prevenir la aparición de este cáncer. Nos valen tanto las frutas ricas en antioxidantes como los arándanos como las que tienen grandes cantidades de fibra como la manzana. También las verduras de hoja verde, zanahorias, remolachas y cebollas son otros alimentos fundamentales para reducir nuestras posibilidades de tener esta enfermedad.

Por último, también hay que mencionar el ejercicio. Según el Servicio Digestivo de la Fundación Jiménez Díaz basta con andar 45 minutos de forma diaria para tener la actividad física que nos ayuda a la prevención de estas enfermedades. Un paseo cada día o ir y volver andando al trabajo puede ser suficiente para que este cáncer no termine por manifestarse.

Si, finalmente tenemos la enfermedad, es importante seguir con una nutrición adecuada junto a la medicación. Si tomas métodos alternativos, utilízalos siempre como complemento al tratamiento médico, no como sustitutivo.

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