Tabla de cortar: algunos consejos

Desde luego la tabla de cortar, ya sea de madera o de plástico, es uno de los utensilios imprescindibles en cualquier cocina, pero hay que tener en cuenta que puede ser también en el que más bacterias perjudiciales se acumulen, varios estudios, las sitúan, junto con las bayetas, a la cabeza de la acumulación de microorganismos poco saludables. Vamos a ver algunas consideraciones generales para evitarlo:

  • ¿Plástico o madera?. Aunque la madera resulta más natural, más ecológica que el plástico o la silicona y hasta más bonita, no es el material más recomendable. De hecho en la industria alimentaria, aunque las vemos, están prohibidas [Reglamento 852/2004], por ser porosas, absorbentes y rallarse con facilidad, lo que propicia que esos gérmenes puedan anidar y proliferar en la madera. Además esa humedad que absorbe al lavarla puede propiciar la aparición de hongos. Las de plástico, generalmente fabricadas con resinas, no son porosas, su limpieza es más sencilla y no guardan olores.
  • Limpieza. Simplemente con un estropajo y jabón, frotamos muy bien, lo que es importante es secarla con papel para evitar que el agua pueda entrar en la tabla, creando esa humedad.
  • ¿Una tabla para cada grupo de alimentos?. Según los expertos deberíamos tener una tabla para verduras, otra para carne cruda, otra para carne cocinada, otra para pescado crudo, otra para pescado cocinado, para evitar lo que se llama la contaminación cruzada. Que ciertos parásitos, microorganismos… de los alimentos crudos se transfieran a los alimentos cocinados. Esto debe ser así en la industria alimentaria, en hostelería… pero en casa lo que recomiendo es que cada vez que se emplee la tabla con un grupo diferente se limpie bien. La suerte que tenemos los veganos es que con una tabla tenemos suficiente 😉
  • ¿Primero lavar o cortar?. Imagina que vamos a cocinar unos espárragos, si los ponemos sin lavar en la tabla, podemos contaminar la tabla, sobre todo si después, una vez lavados los volvemos a colocar en la tabla. Es más evidente con las patatas, no podemos dejar las patatas con piel y sin lavar encima de la tabla, después pelarlas, lavarlas y volverlas a poner en la tabla para cortarlas, es posible que parte de la tierra inicial de la patata esté en la tabla y pase a las patatas lavadas.
  • ¿Cuándo cambiar la tabla? Dependerá muchísimo de su calidad inicial, pero normalmente cuando veamos que tiene muchas ralladuras, ahí es donde pueden anidar las bacterias, o un color que ya es imposible de sacar por mucho que frotemos.

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