Nutrientes 100 g: 260 calorías, grasas 0,1 g [gasas saturadas 0 g, grasas insaturadas 0,1 g], hidratos de carbono 67,5 g, fibra 0,1 g, azúcares 67,3 g, proteínas 0 g, colesterol 0 mg, sodio 12 mg, potasio 220 mg, calcio 102 mg, magnesio 21 mg
Origen
El arce procede de Canadá y del norte de Estado Unidos, siendo utilizados principalmente para su fabricación, especialmente el arce azucarero, gozando de una enorme tradición en Quebec, utilizado desde hace unos 3.000 años como aporte energético en climas tan fríos. Hasta el s. XIX se comenzó a distribuir por el resto de América y hasta el s. XX no llegaría a Europa.
Propiedades
Como ocurre con el sirope de agave, sus ventajas se encuentran en los minerales que contiene. Así el calcio en conjunción con el magnesio protege y refuerza nuestros huesos. Este último, además, es un buen protector de la salud de nuestro corazón. En estas tareas en las que también colabora el fósforo, lo que ayuda a una mejor utilización de nuestra energía. Su zinc mejora nuestro sistema inmune y ayuda en la cicatrización de las heridas.
Entre sus efectos negativos está el altísimo contenido en azúcares simples que carga, sobre todo, a nuestro hígado, desequilibra el sistema nervioso y es fácil que se acumule en forma de grasa.
Nunca deberíamos realizar una dieta a base exclusivamente de sirope de arce, ya que puede tener graves consecuencias al estar privando a nuestro organismo de nutrientes fundamentales para la salud como las proteínas y las grasas.