El reflujo gastroesofágico consiste en el paso de los jugos gástricos al esófago debido a la relajación del esfínter gastroesofágico inferior [el cardias], muy relacionado con la hernia de hiato. Este reflujo es completamente normal y lo sufre gran parte de la población pero hablamos de enfermedad cuando esta ‘subida’ de jugos gástricos dañan el esófago o produce molestias en el paciente como puede ser la pirosis, una sensación de escozor en el pecho. También es conocido como acidez, debido a esta carecterística de los jugos gástricos que pasan al esófago.
Las causas más habituales son las comidas muy copiosas, tomar mucha cantidad de comida en poco tiempo, el consumo de bebidas gaseosas, tumbarnos nada más comer o realizar esfuerzos físicos, así como el consumo de tabaco, etc.
Alimentos/remedios aconsejables
Como acabamos de ver, debemos evitar todos estos hábitos: cambiar esas comidas copiosas por comidas frecuentes pero de una menor cantidad, reducir la ingesta de bebidas gaseosas, evitar la cafeína [café y refrescos], la teobromina del chocolate, los alimentos que pueden irritar la mucosa estomacal como los cítricos, de nuevo el café y los alimentos muy fríos o muy calientes. No debemos tumbarnos nada más comer y tenemos que dejar pasar al menos dos horas antes de irnos a la cama. Generalmente, si el problema persiste el médico nos recetará antiácidos, para que esos jugos gástricos no dañen el esófago.
Podemos hacernos una infusión poniendo en una taza de agua recién hervida 5-6 clavos machacados [la especia] y una pizca de canela, dejamos reposar 10 minutos, colamos y tomamos una media hora después de las comidas, máximo 2 al día.
Entre los mejores alimentos para prevenir el reflujo están la calabaza, el plátano y la papaya.