¿Son útiles los multivitamínicos?

Desde hace ya bastantes años es habitual el consumo de multivitamínicos sobre todo en niños, personas mayores… en los cambios de estación son centenares los anuncios que recibimos por diferentes medios sobre sus virtudes, bondades y casi necesidad de ingerir estos suplementos, pero ¿realmente son útiles?

En la inmensa mayoría de los casos el consumo se hace por si acaso, sin saber realmente si tenemos un déficit de esa vitamina o de ese mineral, como medida preventiva, pero que también en la mayoría de los casos resulta muy poco eficaz. Es como si nos tomáramos una pastilla para el dolor de cabeza sin que nos duela la cabeza, no tendría mucho sentido. Si no presentamos una carencia de una de estas vitaminas nuestro organismo eliminará el exceso de manera prácticamente inmediata, es decir, estaremos tirando el dinero que nos ha costado ese multivitamínico.

La mayoría de las vitaminas no tienen capacidad para almacenarse, por ello debemos tomar fruta todos los días, la mejor fuente de las mismas, el aporte de vitaminas debe ser constante, es decir, no aplicamos esa regla de cuanto más mejor, porque ese multivitamínico que tomamos no se almacena en ninguna parte, si los niveles de vitaminas son correctos, se eliminan, deberíamos aplicar mejor aquello de en su justa medida. Un aporte diario a través de la alimentación sería la mejor regla.

Una de las vitaminas que sí se almacena es la B12, incluso durante meses, pero también tiene un pico de almacenamiento, por encima del cual se elimina el exceso. Por ejemplo, las necesidades diarias de esta vitamina son de 2 microgramos/día y tenemos en el mercado suplemento de hasta 1000 microgramos, además es el más vendido, si tomamos una pastilla al día [como recomienda el fabricante] estaríamos forzando nuestro organismo para su eliminación, lo tendríamos que tomar una o dos veces a la semana, aunque lo más recomendable siempre con cualquier nutriente es la ingesta diaria de los requerimientos necesarios para su mejor asimilación. Un buen suplemento de esta vitamina tendría 20-30 microgramos/día, ya que sí que es cierto que parte de estas cantidades se ‘pierden’ por el camino del proceso digestivo, no se absorbe nunca el 100% de lo ingerido, por eso siempre está bien la ingesta de ‘algo más’ de lo pautado, pero algo más no 500 veces más que es lo que ocurre con bastantes de estos multivitamínicos.

Cuando sí resultan útiles estos multivitamínicos, si tenemos carencia o podemos presentarla, es cuando combinan nutrientes que se complementan, por ejemplo el calcio con la vitamina D, el hierro con la vitamina C, entonces sí tiene sentido, no tendríamos que tomar dos o tres pastillas, en una lo tendríamos todo. Pero repito, solamente si presentamos esa carencia o estamos en riesgo de presentarla por alguna dolencia o tipo de dieta.

Lo ideal antes de empezar a tomar cualquier suplemento sería hacernos una analítica que incluyera los niveles de vitaminas y minerales, ver si tenemos algún déficit y a partir de ahí, si es prescrito por un profesional muchísimo mejor, tomarlo en las cantidades necesarias, no tomar un complejo vitamínico con 8 vitaminas sin saber si tenemos déficit de alguna de ellas, será muy complicado que la carencia sea de todas a la vez.

El verdadero problema para nuestro organismo es que en la eliminación de estos excesos vitamínicos quienes más trabajan son el hígado y sobre todo los riñones, la mayor parte de la vitaminas, también minerales, se eliminan a través de la orina, le estaremos dando un trabajo extra a estos órganos y, como os decía, en muchos casos estaremos tirando el dinero a la basura.

Otra cosa que debe quedar clara, es que nunca un multivitamínico debe sustituir a la comida, es decir, si al niño no le gusta la fruta que es la mayor fuente de vitaminas, la sustituimos por un suplemento y listo, siempre las mejores fuentes serán las naturales, se absorberán mucho mejor y las aprovecharemos más y siempre es mejor ‘enseñar’ al niño a comer fruta, aunque acabe con nuestra paciencia 😉

Como resumen, los suplementos vitamínicos son una herramienta muy eficaz y recomendable cuando hay carencias, pero siempre que sepamos cuál es la carencia o riesgo de carencia y qué dosis necesitamos, lo mejor, que lo paute un especialista, bien un médico, un nutricionista o dietista.

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