En muchas ocasiones os he hablado de las ventajas de panes, pastas, harinas y sus derivados integrales frente a los refinados, como una mayor cantidad de minerales, vitaminas y ácidos grasos beneficiosos, un mayor porcentaje de fibra fundamental para nuestra salud intestinal, un menor índice glucémico lo que evita subidas repentinas de azúcar en sangre… Teniendo claras sus ventajas, ¿cómo podemos saber si un alimento es integral o nos están tomando el pelo?
Si consumimos directamente los granos [arroz, espelta, trigo sarraceno, centeno…] lo tenemos muy fácil, en el etiquetado debe indicar si es integral o no lo es, en este caso no hay dudas, la dificultad se presenta cuando consumimos estos cereales en forma de harinas, pastas, panes, galletas… siempre nos queda la duda de si es 100% integral o está mezclado.
La legislación en nuestro país no es nada clara al respecto, es posible encontrarse un pan con un 100% de harina refinada y que puedan poner en su etiquetado ‘INTEGRAL’, simplemente porque le han añadido fibra, pero esto no quiere decir que la materia prima sea integral, que tenga fibra añadida o que pongan ‘rico en fibra’ no significa que ese producto sea integral. En muchas ocasiones se piensa que si miramos su etiqueta y vemos que contiene más de 6-8% de fibra ya es integral, pero puede ser fibra añadida.
La forma más fácil de saberlo es mirar su etiqueta y que el primer ingrediente que aparezca sea harina integral, con esto ya sabemos que el mayor % de harina utilizada es la integral, si simplemente pone ‘harina’, ‘harina blanca’ o ‘harina refinada’, el mayor % sería es de este tipo de harina que no nos interesa tanto. Pensarás que puede tener un 51% de integral y un 49% de refinada, pues sí, los fabricantes no están obligados a indicar el porcentaje de cada harina. Por ello me fiaría de aquellas marcas que sí indican los porcentajes.
Lo ideal sería que ese pan o pasta estuvieran elaborados con un 100% de harina integral, podemos encontrar este tipo de productos en tiendas ecológicas o herbolarios, cierto que son más caros, pero mucho más nutritivos y por tanto nos saciarán antes.
También tenemos que tener precauciones con el tipo de harinas empleadas, nos pueden indicar en el etiquetado ‘pan de espelta o de centeno’ y después al leer detenidamente los ingredientes vemos que es mezcla de centeno y trigo blanco, en este caso sí deberían indicar los porcentajes de cada uno.
Lo mejor es tener una panadería de confianza, que hagan el pan en el mismo sitio que lo compras, será muchísimo más difícil que te ‘engañen’.
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