Diferencias fecha de caducidad y de consumo preferente

Cuando hablamos de conservación de alimentos, generalmente existen muchas dudas sobre la interpretación correcta que damos al etiquetado de los productos, así como las condiciones idóneas de refrigeración, congelación o almacenamiento a temperatura ambiente.

Además, dentro del etiquetado alimentario encontramos un apartado que suscita bastantes dudas dentro del consumidor, como es la diferencia entre la fecha de caducidad y consumo preferente.

A continuación te explicamos qué son y en qué se diferencian cada una de ellas:

Fecha de caducidad: se indica con el día, mes y año máximo en el que se debe consumir ese producto, ya que después de esa fecha el fabricante no garantiza la seguridad alimentaria del alimento.

Esto quiere decir que, tras sobrepasar dicho periodo, comer el alimento puede provocarnos alguna enfermedad o intoxicación alimentaria relacionada con un mal estado del alimento. Este mal estado puede estar provocado por microorganismos patógenos como bacterias, virus o mohos, pero también puede deberse a procesos de degradación propios del alimento.

En cualquier caso, consumir el alimento pasada la fecha de caducidad supone un riesgo para la salud. Por ello, es mejor tirar el alimento a la basura antes que jugarse una intoxicación alimentaria.

La fecha de caducidad suele indicarse en alimentos perecederos, es decir, aquellos con menor duración y más sensibles a la temperatura, luz y humedad. Algunos ejemplos pueden ser los vegetales envasados, carne, pescado o lácteos. Estos alimentos suelen necesitar frío para su conservación, por lo que generalmente deben almacenarse en el frigorífico.

Fecha de consumo preferente: se puede indicar con el día, mes y año máximo de consumo, pero también únicamente el mes y año para productos de larga duración como las conservas.

En este caso, consumir el alimento pasada la fecha de consumo preferente no entraña un riesgo para la salud como tal. Lo que sucede es que no tenemos garantizado el mantenimiento de las propiedades organolépticas del alimento —es decir, color, olor y sabor—.

Por ello, podemos decir que consumir un alimento tras su fecha de consumo preferente no es peligroso, pero sí desaconsejable ya que su sabor seguramente no sea muy agradable.

La fecha de consumo preferente suele indicarse en alimentos con una duración mayor, generalmente con una apariencia menos húmeda y más seca, como puede ser el pan y productos de panadería, los frutos secos o las semillas.

También se incluyen en productos alimenticios tratados por el calor como las conservas, ya que de esta forma se consigue alargar muchísimo su duración o vida útil, incluso por varios años, permitiéndonos la posibilidad de disfrutar de alimentos saludables durante un largo periodo de tiempo.