Las patatas fritas, las patatas de bolsa, son el snacks más consumido, sobre todo por niños, muchas veces sustituyen la merienda o suponen un alimento habitual, algo que deberíamos desterrar de nuestra cesta de la compra y de los hábitos de los más pequeños. Vamos a ver por qué no son nada recomendables.
He analizado 5 marcas diferentes [de las más vendidas]:
- Grasas saturadas: al ser un alimento frito las grasas saturadas aumentan notablemente en ese proceso de fritura, en algunas marcas he encontrado cantidades discretas, de alrededor del 2,5%, en otras marcas llegan hasta el 6-8% de grasas saturadas, estas sí serían una cantidades altas.
- Calidad de los aceites: la inmensa mayoría utilizan aceite de girasol refinado, este aceite es muy inestable a altas temperaturas, en las frituras, por lo tanto la cantidad de radicales libres presentes será mayor. También he encontrado aceite de maíz, de peor calidad que el de girasol. Si dice en letras grandes ‘aceite de oliva virgen extra’, fíjate bien en la etiqueta y que realmente sólo utilicen este tipo de aceite y no mezcla con girasol.
- Cantidad de sal: este sería uno de los problemas más habituales y más perjudiciales, casi todas superan el gramo de sal por cada 100 gramos, algunas alcanzan hasta los 2 gramos, a partir de 1-1,25 g de sal ya se considera un alimento muy salado y que deberíamos evitar.
- Las de sabores: como imaginarás son las menos recomendable, son un cóctel de saborizantes, conservantes, colorantes, de nuevo el exceso de sal, aquí te dejo el ejemplo de unas con sabor a jamón con 22 ingredientes, cuando lo habitual son tres [patatas, aceite y sal]
- Gourmet, artesanas, caseras: no te fíes de estos nombre, por muy grandes que estén escritos, a nivel nutricional no significan nada, mira siempre los ingredientes, es puro márketing.
- Para los veganos: de nuevo hay que mirar bien la etiqueta, ya que algunas incluyen grasa de cerdo o leche.
Evidentemente, hay patatas fritas de mejor y peor calidad, sobre todo debido a los aceites empleados, pero como os digo, no sería un producto para tomar a diario, ni siquiera puntualmente, solamente, y sin ser necesario, de forma muy excepcional.