Dormir el tiempo necesario no es únicamente un hábito saludable, sino imprescindible para la vida, no podríamos vivir si no dormimos, ya que el sueño regula todos los procesos biológicos que puedas imaginar, influye y afecta a todos y cada uno, especialmente el que nos ocupa, la nutrición. Para un cuerpo bien nutrido es importantísimo descansar, no solamente el número de horas que lo hagamos sino que sean confortables, tanto por los materiales [colchón, almohada, ropa…] como por la ergonomía de los mismos [que se adapten a nuestro cuerpo, a nuestras necesidades].
En cuanto a las horas, creo que todos las tenemos más o menos claras, un adulto estaría en condiciones de afrontar el día después de dormir 7-8 horas, mejor 8 que 7, y un niño de 8 a 10 horas dependiendo de su edad. Hablo de horas efectivas, no de tumbarse en la cama, porque podemos tardar en dormirnos, dando vueltas a cualquier problema. También hay desajustes que nos hacen dormir mal y no tenemos mucho en cuenta, el insomnio leve que se calcula que afecta a un 40% de la población mayor de 45 años y el insomnio grave o profundo a un 23% de la población europea, sin embargo suponen únicamente el 6% de las consultas médicas, de esto se deduce que le estamos dando poca importancia a algo vital, deberíamos tomar cartas en el asunto en las primeras ocasiones que esto nos ocurra para atajarlo cuanto antes y que no se convierta en algo crónico.
Dormir cómodo y las horas necesarias, entre otras muchas cosas, refuerza nuestro sistema inmune, tu corazón te lo agradece ya que durante el sueño puede rebajar su trabajo, lo que hace que no lo agotemos tanto, también mientras dormimos quemamos calorías, sobre todo metabolizamos los excesos de grasas, según algunos estudios hasta un 55% más que si dormimos de manera irregular, y uno de sus mejores beneficios es que equilibra el sistema nervioso, todos hemos experimentado ese nerviosismo durante el día si no hemos dormido bien, si esto se alarga en el tiempo puede tener serios problemas para nuestra salud, y es una de las causas del estrés que a su vez propicia la mala absorción de los nutrientes. Repetir que afecta a todas la funciones de nuestro organismo.
Como siempre, no conviene irse a los extremos, dormir muchas horas, sobre todo afecta a nuestro cerebro, a la rapidez mental, al aprendizaje, nos costará más centrarnos… debido a que cuando dormimos llega menos sangre a nuestro cerebro, la circulación sanguínea es más lenta y las neuronas se vuelven más vagas, trabajan menos ante la posibilidad de esa reducción de sangre, lo mismo ocurre con las células del corazón, el corazón bombea más lento en el sueño y es necesario que sea así esas 7-8 horas, pero si todos los días nos pasamos de 10 horas, a la larga también se pueden volver más perezosas. Otro de los inconvenientes es que dormir en exceso propicia la retención de líquidos crónica ya que pasamos muchas horas sin orinar.
Hay varios estudios que afirman que una causa del insomnio [más allá del estrés, las preocupaciones…] se debe a la falta de ácido fólico o vitamina B9, recordarte que lo encontramos en las verduras de hoja verde, en las crucíferas especialmente, en el plátano, naranja, aguacate, papaya, y en los cereales integrales [especialmente en el arroz integral]. Existe un elemento, el triptófano, que además de ser eficaz contra la ansiedad, depresión, desajustes en el sistema nervioso, es indicado para conciliar el sueño, lo contienen en buenas cantidades las almendras, las avellanas, las nueces, los pistachos, la quinoa, las lentejas, las judías blancas, los garbanzos… en resumen, los frutos secos y las legumbres. También son efectivas las infusiones de manzanilla, angélica, tila o pasiflora.
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