Realmente, ¿por qué no hay que tomar azúcar blanco?

No exageramos si decimos al hablar del azúcar blanco que estamos ante uno de los alimentos más nocivos para nuestra salud, un asunto muy preocupante en la sociedad actual donde su consumo es exageradamente alto, lo encontramos en bollería, refrescos, helados, golosinas, snacks, chocolates, embutidos, zumos envasados, cereales de desayuno industriales, precocinados y un larguísimo etcétera.

Para su obtención, tras numerosos procesos químicos, se ha privado a la remolacha o a la caña de azúcar de la que procede de la inmensa mayoría de los minerales y vitaminas que contiene, considerándose un alimento vacío, es decir, aporta muchas calorías pero muy pocos nutrientes. Con el azúcar moreno ocurre prácticamente lo mismo, la única diferencia es que ha sufrido un proceso químico menos, por lo tanto es casi igual de perjudicial.

Los INCONVENIENTES de consumir azúcar blanco son muchos, contaré los más relevantes:

Produce un desajuste en nuestro sistema nervioso. Cuando lo ingerimos se produce un pico de hiperglucemia en nuestro organismo, aumenta de forma rápida la glucosa en sangre, nuestro hígado y páncreas tienen que esforzarse para volver ‘a la normalidad’, lo que nos lleva a una hipoglucemia, una bajada rápida de glucosa en sangre, tendremos que volver a comer algo con azúcar para volver a los niveles normales, entrando en una espiral que puede desembocar en problemas de diabetes, obesidad y además nuestro sistema nervioso estará en una constante montaña rusa de subidas y bajadas.

La salud de nuestros huesos. Cuando se produce una ingesta continuada de azúcar, es altamente probable que se elimine parte del calcio que consumimos por la orina, provocando que las reservas bajen y a la larga seamos candidatos a padecer osteoporosis. Varios estudios en EEUU, el país con mayor número de casos de osteoporosis, relacionan la ingesta diaria del refresco más famoso del mundo [no quiero que me demanden ;)] con esta enfermedad.

La obesidad y colesterol. Al ingerir una gran cantidad de hidratos simples en muy poco tiempo, es facilísimo que nuestro organismo, ante tal saturación, decida almacenarla como grasa, lo que con los años desembocará en problemas de colesterol alto.

Más propensos a infecciones. Los glóbulos blancos se ven afectados por su consumo, siendo menos eficaces en su trabajo. Las infecciones se pueden volver recurrentes, sobre todo por bacterias, se ha observado que afecta especialmente a las infecciones vaginales y favorece la proliferación de parásitos [las famosas lombrices en los niños].

Además de todo esto, produce una gran adicción, nuestro cerebro necesita de los azúcares para realizar gran parte de su trabajo, y lo más fácil es recurrir a la vía más rápida, los azúcares simples: bollerías, tartas, refrescos… cogemos el camino sencillo, el problema es que entramos en esa espiral peligrosa, cuanto más tomamos más necesitamos. Por experiencia propia, cuando dejé el azúcar blanco de golpe, de un día para otro, estuve una semana que notaba mareos, me encontraba algo desubicado, investigando, descubrí que era ‘el mono’ del azúcar, solamente hay que dejar pasar unos días y todo se ajusta.

Creo que son suficiente razones para ver que es un producto que deberíamos eliminar de nuestra dieta.