Habitualmente escuchamos o leemos en redes sociales que los alimentos procesados son malos para la salud. Pero, ¿esto es realmente así? Es importante que diferenciemos entre los distintos tipos de procesado que puede sufrir un alimento, ya que no en todos los casos nos encontramos con alimentos de mala calidad nutricional.
De hecho, muchos procesados sirven para conservar alimentos en mejores condiciones, alargando así su vida útil y fecha de consumo, y también facilitando la digestión de ciertas proteínas, grasas y otros nutrientes de interés.
El propio cocinado en casa es un procesado, ya que con el calor destruimos microorganismos potencialmente peligrosos para la salud —lo que conocemos como patógenos— a la vez que inactivamos ciertas enzimas —proteínas con una función en el metabolismo—, que están implicadas con procesos naturales de degradación en alimentos.
Sin embargo, lo que entendemos por “procesado” es aquel producto o alimento que ha sido elaborado por la industria alimentaria, y que contiene aditivos, azúcares, grasas saturadas, sal y otros ingredientes o compuestos que tradicionalmente se asocian a una mala salud nutricional.
Esto tiene sentido en cierta parte, sin embargo, no es propio de todos los alimentos procesados. En este punto sería interesante distinguir entre ultraprocesados y alimentos procesados saludables.
Los ultraprocesados son alimentos que han sido transformados excesivamente y que contienen ingredientes de mala calidad nutricional, que no aportan un valor saludable real, como es el caso de los componentes mencionados previamente: sal, azúcar y aceites refinados en exceso.
Sin embargo, esto no es culpa del procesado del alimento, ya que una técnica o método de procesado como la pasteurización, esterilización, o la congelación, no son un problema por sí mismas. El problema viene cuando las aplicamos en alimentos de un escaso valor nutricional.
Entre lo más habituales están: comida rápida, bollería industrial, refrescos, salsas industriales, cereales azucarados, chocolates con leche, galletas industriales, panes y pastas refinadas, fritos industriales, snacks salados, aceites de baja calidad, los «calentar y listo», etc. etc.
Muchas conservas con ejemplos excelentes de buenos procesados, ya que nos permiten disponer al momento de multitud de vegetales listos para consumir y perfectamente saludables, como alcachofas, garbanzos, aceitunas o lentejas en conserva, por ejemplo.
Entre los buenos procesados encontramos: legumbres cocidas, chocolate por encima del 75%, tofu, bebidas vegetales sin azúcar, la mayoría de vegetales en conserva, el aceite de oliva virgen extra…
También encontramos en los ultracongelados un aliado genial para quienes buscan comer más sano, al facilitar verduras y hortalizas listas para cocinar y consumir en un momento. Es importante no confundir los términos ultracongelado y ultraprocesado, ya que no son lo mismo. Un ultracongelado es aquel producto que ha sido enfriado muy rápido a aproximadamente -40ºC, para que se congele en el menor tiempo posible. De esta forma se mantienen mucho mejor las propiedades de los alimentos.
Como resumen, apuesta por comprar las materias primas, siempre que puedas, y cocinarlas en casa: verduras, legumbres, granos integrales, fruta, frutos secos…
