Cómo identificar el azúcar oculto en las etiquetas

El azúcar es uno de los ingredientes más polémicos de los últimos años. Y no es para menos, ya que su consumo prolongado en el tiempo se asocia con múltiples enfermedades metabólicas como la obesidad, dolencias cardiovasculares, diabetes, además de cáncer.

Otro de los puntos más problemáticos que plantea este componente es su presencia abrumadora en muchísimo productos de pésima calidad nutricional, los llamados ultraprocesados como snacks, bollería, galletas y otros dulces de consumo habitual entre la población. Por ello, conviene conocer cómo podemos identificar el azúcar de forma correcta en el etiquetado de los alimentos.

La tabla de composición nutricional

Si nos fijamos en el etiquetado alimentario, puede llegar a ser complicado identificar de forma correcta cuál es la cantidad de azúcar que contiene un producto.

El primer impulso siempre es revisar la tabla de valoración nutricional, una información obligatoria según la legislación europea donde se indican las calorías y el porcentaje de los diferentes macronutrientes, como grasas, proteínas e hidratos de carbono.

A su vez, también es obligatorio indicar la cantidad de fibra alimentaria, grasas saturadas y azúcares, así como otros componentes. Y aquí es aquí donde se suele poner el foco, erróneamente, ya que no siempre la cifra de azúcar indicada en este apartado equivale a la cantidad real de azúcares que se han añadido al producto.

Esto es debido a que también se incluyen los azúcares naturalmente intrínsecos de los alimentos. En un yogur, por ejemplo, siempre veremos unos 3-4 gramos de azúcar en el etiquetado aunque este no lleve azúcares añadidos. En este caso concreto se incluye la lactosa, que es el azúcar natural de la leche y sus derivados.

Por ello, fijarse únicamente en la cantidad de azúcar de la tabla nutricional no tiene demasiado sentido. ¿Dónde debemos mirar entonces? Pues en el listado de ingredientes.

El listado de ingredientes

El listado de ingredientes es otro de los elementos de obligado etiquetado según legislación europea, y en él deben aparecer todas las materias primas y aditivos que han sido utilizados durante el procesado del alimento y que permanecen en el producto final.

Es aquí donde debemos poner el foco para localizar qué cantidad de azúcares añadidos tiene un producto. Sin embargo, no siempre podremos conocer la cantidad exacta, aunque sí hacernos una idea aproximada del porcentaje de azúcares añadidos que el alimento contiene.

Si el azúcar aparece en las primeras posiciones del listado, entonces estaremos ante un producto muy alto en azúcares. ¿Por qué? Pues porque el listado de ingredientes se escribe en orden decreciente en función del contenido. Es decir, que los ingredientes mayoritarios irán en las primeras posiciones encabezando el ranking. Por el contrario, los ingredientes minoritarios aparecerán en las últimas posiciones.

De esta forma, podremos hacernos una idea aproximada de si un producto alimenticio tiene mucho o poco azúcar. Por supuesto, no es un sistema perfecto ni mucho menos, pero es lo más efectivo que podemos hacer actualmente según se encuentra la legislación europea en materia de etiquetado e información al consumidor.

También tenemos los azúcares libres

Por otro lado, existen algunos alimentos que a pesar de no poseer azúcares añadidos de forma externa siguen sin ser saludables. Algunos ejemplos serían los zumos de frutas o la miel, alimentos que son ricos en lo que conocemos por azúcares libres.

¿Y qué son exactamente los azúcares libres? Pues están catalogados por la OMS como cualquier monosacárido o disacárido que comporta riesgos para la salud humana, siendo vinculados con enfermedades metabólicas como la diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, y distintos tipos de cáncer. Estos azúcares son perjudiciales para la salud porque están desprovistos de la matriz del alimento que los contiene, así como el resto de ingredientes saludables como la fibra. Esto es lo que sucede, por ejemplo, en el caso de los zumos de frutas.

Así que, realmente, el término “azúcares libres” incluye todos los azúcares añadidos que hemos comentado previamente y además también aquellos que son naturales de algunos productos como zumos o miel pero que no aparecen en el etiquetado alimentario en sus ingredientes.

Esto complica todavía más la localización y correcta interpretación de los azúcares en el etiquetado de los alimentos, uno de los problemas actuales y fallos más grandes que plantea la legislación alimentaria en la Unión Europea en materia de etiquetado.

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