¿Cómo obtener suficiente vitamina D?

La obtención de suficiente vitamina D es una de las grandes preocupaciones de un amplio porcentaje de la población. Sobre todo porque las últimas encuestas arrojan datos demoledores: prácticamente un 80% de la población mundial no consume suficiente vitamina D en su rutina diaria. En España, alcanzamos casi el 60%.

Sus funciones son vitales: completamente necesaria para que el calcio se fije a los huesos, con lo que prevenimos la osteoporosis. Aunque también es usada por los músculos. Sin duda, cumple un papel muy relevante en el sistema inmunitario, sobre todo en la primera respuesta antes virus y bacterias perjudiciales.

Por este motivo es normal que nos preguntemos cuáles son las vías para obtener esta vitamina, ya que si tantas personas tienen problemas para conseguirla debe ser por algún factor importante que muchas personas tengan en común.

A partir de alimentos

Lo cierto es que existen muy pocos alimentos que contengan cantidades interesantes de vitamina D, y este es uno de los principales problemas que se nos presentan.

Algunos alimentos de origen animal como carne, pescado, huevos y lácteos contienen vitamina D, pero lo hacen en cantidades muy variables y rara vez se llega a los mínimos.

Las setas son los únicos alimentos no vegetales que tienen algo de vitamina D, pero de nuevo, sus cantidades son muy pequeñas, insuficientes.

Mediante la exposición solar

La exposición solar suele catalogarse como la opción más sencilla para obtener la vitamina D que nuestro cuerpo necesita, pero esto no siempre sucede así.

Para muchas personas resulta complicado obtener una exposición diaria al Sol suficiente como para producir la cantidad de vitamina D necesaria. Bien por vivir en regiones con poca luz solar o por un estilo de vida que no permite pasar mucho tiempo al aire libre. Esto son realidades que cada vez son más comunes en nuestra sociedad.

Deberíamos tomar el sol 10-15 minutos al día, mínimo en cara y brazos, y sin maquillajes, cremas con protección solar. Algo que muy poca gente hace.

Gracias a la suplementación

La suplementación de vitamina D se postula cada vez como la opción más eficaz para garantizar el aporte adecuado de este micronutriente.

Recordemos que gracias a la suplementación podemos lograr justamente el aporte que necesitamos de vitamina D en función de nuestras necesidades diarias, y esto es algo que el resto de vías de obtención de vitamina D no pueden ofrecernos de forma tan precisa.

Dentro de lo que cabe, las necesidades diarias de vitamina D son bastante estables a lo largo de la vida. Concretamente, se establece en 15-20 microgramos de vitamina D la ingesta diaria recomendada para las edades comprendidas entre 1-59 años tanto en hombres como en mujeres. Además, también se mantiene como recomendación los 15 microgramos de vitamina D diarios durante la lactancia y el embarazo. A partir de los 60 años la recomendación es 20 microgramos.

Mi suplemento de Vitamina D3, la que mejor aprovechamos. Info: vegvital.com

La esclerosis múltiple y la vitamina D

Esta misma semana hemos tenido la buenísima noticia del descubrimiento del virus que causa al esclerosis múltiple, el Epstein-Barr. Se ha llegado a esta conclusión después de un estudio a nada menos que 10 millones de personas durante 20 años. Es una enfermedad que suele aparecer entre los 20 y 40 años y que en España afecta a aproximadamente 50.000 personas. ¡Es un gran avance científico!

Uno de los grandes problemas es que se calcula que el 94% de la población porta este virus o se encuentran huellas de él. Es el que conocemos como «virus del beso», se transmite fácilmente por la saliva, al besarse o compartir un vaso o un cubierto. En la mayoría de los casos suele estar latente, pero hay factores que «lo activan».

¿Y qué tiene que ver la vitamina D?

Desde la Red Española de Esclerosis Múltiple, puntualizan que no solamente este virus puede ser el causante, sino que son una suma de factores, entre los que señalan el tabaquismo, la obesidad infantil y el déficit de vitamina D.

Esto se debe a que la vitamina D es fundamental para el sistema inmunitario, siempre pensamos en esta vitamina para fortalecer nuestros huesos, pero nuestras defensas necesitan de buenos niveles para su correcto funcionamiento. Sobre todo, la vitamina D, actúa justo cuando el organismo detecta al virus, en los primeros segundos, que son vitales para poder neutralizarlo o rebajar su incidencia. También ayuda a controlar las células inflamatorias.

La Mayo Clinic, un referente mundial, recoge que tomar suplementos de 400 UI [10 mcg] o más de vitamina D disminuye de manera considerable el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple en mujeres.

También la Fundación de Esclerosis Múltiple [en uno de sus artículos] nos dice que la vitamina D es un elemento fundamental para la salud y especialmente si se padece esclerosis múltiple.

El déficit generalizado de vitamina D

Otro de los grandes problemas es el déficit tan alto que hay en nuestra sociedad. Se calcula que en España este puede alcanzar al 60% de la población. Esto se debe a que la principal fuente es el Sol, tomarlo 10-15 minutos cada día, mínimo en cara y brazos. Lamentablemente, por nuestro estilo de vida, no pasamos ese tiempo ni de lejos, estamos siempre a cubierto, en casa o trabajando, además del uso de muchos maquillajes y cremas con protección solar. A esto se suma, que no hay alimentos ricos en esta vitamina, que cubran los mínimos.

Por lo tanto, para evitar este déficit tan generalizado, o tomamos el Sol o suplementación, mejor de D3, que es la más similar a la obtenida por el Sol.

¿Por qué hay más infecciones respiratorias en invierno?

Bien es cierto que las infecciones respiratorias pueden ocurrir en cualquier época del año, sin embargo cobran un enorme protagonismo en invierno cuando más bajan las temperaturas. ¿A qué se debe esto?

Muchas personas creen que se debe exclusivamente a la temperatura, y realmente tiene bastante que ver, pero no quizá de la forma que pensamos. Además, debemos tener en cuenta que las infecciones respiratorias están provocadas por virus y bacterias, generalmente. Es decir, por microorganismos patógenos y no por el propio frío o bajada de temperatura.

Los virus resisten bien el frío

Por lo general, los virus más comunes que causan resfriados y otras infecciones respiratorias resisten mejor el frío que el calor, por lo que sobreviven mayormente en ambientes fríos y de baja humedad, que son las condiciones concretas que se dan en invierno.

Por otro lado, el clima frío en general hace que pasemos más tiempo en ambientes cerrados y sin ventilación, donde estas infecciones pueden propagarse con mayor facilidad, aumentando la transmisión de las enfermedades respiratorias.

Además, existen otros factores culturales y sociales que nos hacen permanecer mucho tiempo en entornos cerrados como hogares y oficinas, donde pasamos gran parte de nuestro tiempo y la calidad y renovación del aire no siempre es la mejor del mundo.

Temperatura y humedad frías

Como decía, aunque las infecciones del tracto respiratorio pueden ocurrir durante todo el año suelen ser más importantes en invierno. Esto es debido en gran medida a las temperaturas frías y la baja humedad propias de esta época del año.

La inhalación de aire frío, junto con el enfriamiento de la superficie corporal y el estrés por frío provocan ciertas respuestas fisiológicas en nuestro organismo, como puede ser la alteración de nuestro sistema inmunitario que nos hace ser más vulnerables a los ataques de los agentes infecciosos que provocan estas infecciones respiratorias.

Debemos tener en cuenta que la nariz nos protege del frío y los microorganismos, esa es una de sus funciones. Además, la nariz se encarga de contrarrestar el frío y la falta de humedad en el aire.

Entre otros efectos, la nariz calienta el aire hasta alcanzar nuestra temperatura corporal a través de los vasos sanguíneos de nuestras mucosas, así como retiene físicamente partículas y microorganismos para que no pasen al aparato respiratorio.

El aire frío daña nuestra nariz

Sin embargo, el aire frío que predominantemente tenemos en invierno puede llegar a secar y dañar los epitelios de nuestra nariz y sus mucosas, haciendo que sea más susceptible a la entrada de los patógenos que provocan infecciones respiratorias.

Todo este mecanismo de defensa también está relacionado con nuestro sistema inmune, ya que el frío provoca que los músculos de nuestros vasos sanguíneos se encojan. Este proceso denominado “vasoconstricción” sirve para preservar nuestro calor corporal, sin embargo también dificulta que los leucocitos de nuestro sistema inmune lleguen a las mucosas respiratorias y nos protejan de los gérmenes. 

En definitiva, el aire frío provoca que las células específicas de nuestro sistema inmune tengan que trabajar más para cumplir con sus funciones habituales, lo que disminuye su capacidad para combatir a los microorganismos patógenos.

La vitamina D nos protege

La vitamina D es uno de los micronutrientes que más se relaciona con el mantenimiento saludable de nuestro sistema inmunitario, además del fortalecimiento de los huesos por su papel en la absorción de calcio y también en el desarrollo de la masa muscular.

El papel de la vitamina D respecto al sistema inmune cobra todavía más importancia en invierno, donde nuestra exposición al Sol se ve reducida por las condiciones climáticas y esto provoca bajos niveles de vitamina D en el organismo. Esto es debido a que la vitamina D se puede sintetizar por nuestra piel a partir de los rayos del Sol, sin embargo no es una opción que todas las personas tienen a su alcance. Por ejemplo, si vives en una región poco soleada. Mucho menos en invierno, donde la exposición general al Sol es mucho más baja que durante el resto del año.

Por todo esto, debemos cuidar nuestra microbiota y salud en general durante invierno aún más si cabe, utilizando como armas la buena alimentación y también los suplementos de probióticos que nos ayudarán a mantener unas defensas más fuertes para combatir las infecciones respiratorias en invierno.

¡El combo perfecto para el invierno! Vitamina D y Probióticos en: vegvital.com

¿Por qué la vitamina D es importante para los huesos?

La vitamina D es un micronutriente que se relaciona habitualmente con la salud de nuestros huesos ya que su metabolismo está íntimamente ligado al del calcio. Esto es algo que sucede habitualmente con muchas vitaminas y minerales, existiendo cierta sinergia entre la absorción de ambos micronutrientes. Otro ejemplo habitual es el del hierro y la vitamina C, cuya absorción también se favorece mutuamente.

Seguro que conoces la importancia del calcio para la salud de nuestros huesos. Es algo que se lleva repitiendo durante muchos años en la televisión, supermercados y la publicidad de determinados productos. ¿Pero sabes realmente la importancia que tiene hacia nuestra salud? 

¿Qué es el calcio?

Antes de nada es importante que identifiquemos correctamente qué es el calcio, ya que se trata de un mineral que cumple con multitud de funciones a menudo desconocidas. La mayor parte del calcio en el cuerpo humano se almacena en los huesos y dientes, donde contribuye a su estructura como seguramente sepas. Y, claro, este calcio proviene principalmente de los alimentos que comemos en nuestra dieta habitual.

No solamente los lácteos como leche, queso, yogur o el pescado son ricos en calcio, sino que también existen varios alimentos de origen vegetal que nos permiten conseguir las cantidades diarias recomendadas de este mineral. Por ejemplo, las verduras crucíferas como el brócoli, la calabaza, el cardo, el calabacín, las judías verdes, las espinacas o la coliflor aportan cantidades muy interesantes de calcio. Además, de los frutos secos, las legumbres o los granos integrales.

¿Por qué la salud de los huesos es importante?

Al contrario de lo que mucha gente piensa, los huesos no son un elemento inerte que simplemente cumple con una función estructural y para dar forma a nuestro cuerpo. Los huesos son tejidos vivos que constantemente se desgastan y reemplazan con el uso y el paso del tiempo.

De hecho, es bastante habitual que con el paso de los años nuestro cuerpo comience a perder de forma natural masa ósea, por ello en las edades avanzadas la ingesta de calcio (y de vitamina D) adquiere una importancia todavía mayor.

Realmente esto no es algo exclusivo de la tercera edad, ya que durante toda la vida nuestro organismo intenta compensar la pérdida de tejido óseo asociada al peso del tiempo con la creación de nuevos tejidos. En este sentido, se estipula que la mayor masa ósea en lo relativo a fuerza y tamaño se alcanza aproximadamente a los 30 años de edad. A partir de entonces es cuando comenzamos a perder masa ósea.

Y aquí volvemos al punto anterior. Con el tiempo, la pérdida de tejido óseo se traduce en problemas hacia la salud como la osteopenia (menor masa ósea) y también la osteoporosis, una enfermedad que supone debilidad en los huesos y que estos sean más propensos a las fracturas.

Las fracturas de huesos pueden suponer serios problemas de salud, sobre todo en personas de edad avanzada. Para prevenirlas es importante consumir suficiente vitamina D y calcio. De esta forma mantendremos nuestros huesos saludables y reduciremos el riesgo de sufrir osteopenia u osteoporosis. En este sentido, el ejercicio frecuente y también el deporte de fuerza con pesas nos ayuda a mantener fuertes los huesos.

¿Por qué la vitamina D y el calcio son importantes para la salud de los huesos?

Como comentábamos previamente, la vitamina D está íntimamente ligada a la absorción del calcio. Por ello, la vitamina D es tan necesaria como el calcio para tener unos huesos fuertes y sanos. Sin suficiente vitamina D y calcio tenemos más probabilidades de sufrir problemas en los huesos, como por ejemplo que los huesos no crezcan de forma adecuada durante la niñez, debilitándose y fracturándose con mayor facilidad en la edad adulta.

Aunque consumas suficiente calcio en la dieta puedes tener problemas y déficits en la absorción del propio calcio si la ingesta de vitamina D no es adecuada. El cuerpo no es capaz de absorber todo el calcio disponible, y entonces se desperdicia. Por ello, deberías valorar la opción de tomar un suplemento de vitamina D que te ayude a que la ingesta de esta vitamina no se quede corta.

Mi suplemento de Vitamina D3 en: vegvital.com

El déficit de vitamina D: por qué se produce y sus consecuencias

Como ya he comentado en varias ocasiones, la vitamina D es una de las vitaminas que nuestro cuerpo necesita de forma obligatoria para realizar sus funciones vitales. Si no consumimos la cantidad suficiente de esta, podemos provocarnos un déficit de vitamina D que se traduzca en problemas de salud más graves en el futuro.

En este sentido, encontramos que es una vitamina que presenta bajos niveles en general por parte de la población mundial, por lo que es necesario hacer hincapié en esta vitamina y conocer cuáles son los factores que nos pueden llevar a tener un déficit de la misma.

Cada vez es más común tener déficit de vitamina D

Por desgracia, con el paso del tiempo vemos como se vuelve más común presentar unos niveles bajos de vitamina D, incluso en los países mediterráneos con mayor exposición solar donde esto no debería ser un problema. En España, más del 60% de las personas presentan déficit de esta vitamina. El gran problema es que la inmensa mayoría no lo saben.

Precisamente, esto es una señal preocupante de que tomamos poco el Sol ya que no todo el mundo vive en regiones soleadas ni tiene la posibilidad de tomar los rayos de Sol debido al ritmo de vida actual [casi todo el día bajo techo en el trabajo, casa…], además de otros factores negativos asociados.

Desafortunadamente, no hay muchas más fuentes de esta vitamina en la alimentación cotidiana, por lo que podemos confirmar que las fuentes alimentarias de vitamina D son bastante escasas.

Qué implica el déficit de vitamina D

Desde hace algunos años se vienen estudiando las diferentes implicaciones para la salud que tiene la deficiencia de vitamina D en la dieta, siendo vinculada con el desarrollo de muchas enfermedades crónicas e incluso el cáncer en el organismo humano.

Esto se debe a que la vitamina D interviene en multitud de funciones fisiológicas, y por lo tanto su déficit se traducirá en problemas a todas las escalas del organismo y sus diferentes sistemas: respiratorio, inmunitario, endocrino, circulatorio, muscular…

Concretamente, en España se han observado niveles de vitamina D por debajo de los deseados en todas las franjas de edad. Aparte de la falta de exposición al Sol, algunas enfermedades inflamatorias intestinales como la celiaquía, o alteraciones hepáticas o renales y ciertos fármacos consumidos a lo largo del tiempo pueden influir en la absorción de vitamina D por parte de nuestro organismo. Por ello, vemos que el número de factores que intervienen en el déficit de vitamina D son más de los que podríamos pensar en un inicio.

Los problemas asociados al déficit de vitamina D

¿Y en qué se traduce esta carencia de vitamina D? Pues en problemas de salud como la osteoporosis, dolores musculares y posiblemente osteomalacia, que es la pérdida de masa ósea en el organismo generalmente en población de edad avanzada.

La osteoporosis o debilidad de huesos favorece las fracturas de los mismos debido al déficit de calcio. Esto se debe a que la vitamina D también interviene en la absorción de calcio que hace nuestro organismo a partir de alimentos, por lo que resulta crucial evaluar ambos componentes (vitamina D y calcio) siempre de forma conjunta para evitar problemas.

Cómo evitar el déficit de vitamina D

Por todo lo que hemos comentado anteriormente, consumir un suplemento de vitamina D se convierte en una opción ideal para todos los grupos de población, independientemente del tipo de dieta que sigas y de la edad. No es algo exclusivo para la población vegetariana o vegana como podríamos pensar, sino que resulta necesario cualquier modelo de alimentación.

Recuerda que gracias a la suplementación conseguimos un aporte fijo y ajustado de vitamina D en función de nuestros requerimientos diarios, superando el resto de obstáculos que se nos pueden presentar para obtener las cantidades de vitamina D necesarias al día como la exposición al Sol o la ingesta de determinados alimentos. Por supuesto, las ingestas diarias recomendadas pueden variar en función de la edad o sexo, por lo que es importante que previamente nos aseguremos de cuánta vitamina D necesitamos consumir en nuestra rutina diaria.

Mi nuevo suplemento de vitamina D. Información en: vegvital.com

La estrecha relación entre la vitamina D y la masa muscular

Ya he hablado en varias ocasiones de las importantes funciones que cumple la vitamina D en nuestro organismo, sobre todo ligadas al sistema inmunitario y la absorción de calcio. Como sabrás, la vitamina D influye notablemente en el calcio que absorbe nuestro organismo, cobrando una especial importancia en la prevención de problemas de salud como la osteomalacia o pérdida de masa ósea y la osteoporosis, que aumenta el riesgo de sufrir fracturas en nuestros huesos.

Sin embargo, pocas personas saben que la vitamina D también cumple con un importante papel a nivel muscular. Si no tenemos suficiente vitamina D es probable que el mantenimiento de nuestra masa muscular se vea mermado, sobre todo con el paso de los años donde tiende a disminuir de forma natural.

La disminución de vitamina D

No solo la masa muscular disminuye con el paso de los años, sino que los niveles de vitamina D en el organismo también lo hacen. Esto, ligado a la debilidad de huesos por el déficit de calcio, hace que tengamos que vigilar todavía más si cabe las proporciones de estos micronutrientes tan críticos en la edad anciana.

Como es habitual, la función física del cuerpo humano también disminuye con la vejez, sobre todo la función muscular. Esto se traduce habitualmente en problemas de sarcopenia, que significa una pérdida general de masa muscular y fuerza por el avance de la edad y también el sedentarismo. Además, algunos estudios han vinculado el déficit de vitamina D con estos síntomas.

Resulta que el tejido muscular podría contar con receptores específicos de vitamina D, siendo esta una de las posibles explicaciones a la relación que existe entre la vitamina D y el metabolismo muscular, donde se produce una menor presencia de la vitamina a medida que envejecemos.

Por qué la vitamina D es vital para nuestros músculos

Varios estudios científicos a lo largo de los años han demostrado que la suplementación de vitamina D es útil para mejorar la calidad muscular, concretamente en la función del músculo esquelético.

Además, la vitamina D suplementada también ha mostrado mejoras en la morfología de los músculos y sus fibras musculares, lo que indica que la vitamina D actúa específicamente sobre el músculo esquelético.

Por si fuera poco, la suplementación con vitamina D en los deportistas y atletas sanos ha mostrado también una mejora de la masa y fuerza muscular.

Todas estas evidencias parecen más que suficientes para concluir que la presencia de la vitamina D resulta crucial en nuestro organismo, y concretamente en los músculos. Esto cobra vital importancia en la edad anciana, donde tanto los niveles de vitamina D como la masa muscular en general se ven mermados.

La función mitocondrial

Muchos estudios científicos arrojan conclusiones claras: la vitamina D activa la síntesis de proteínas y aumenta el consumo de oxígeno en las mitocondrias de nuestras células, mejorando su síntesis en las células del músculo esquelético humano.

De esta forma sabemos que la actividad de la vitamina D sirve para regular cómo funcionan nuestras mitocondrias en las células del músculo, influyendo con mucha probabilidad en el desarrollo de la fuerza muscular.

En definitiva, los estudios muestran claramente que la vitamina D interviene en la proliferación y diferenciación muscular, así como el metabolismo de nuestras células, y concretamente en la actividad de las mitocondrias. Adicionalmente, se cree que la vitamina D suplementada en ancianos puede mejorar su rendimiento muscular así como el equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas en este grupo de la población.

Es importante consumir suficiente vitamina D

Conociendo toda esta información acerca de la vitamina D y nuestros músculos contamos con más pruebas todavía acerca de la importancia de consumir una cantidad suficiente de esta vitamina en nuestro día a día.

Si no nos exponemos al Sol cada día 10-15 minutos, en cara y brazos, debemos contar con la suplementación de vitamina D como un aliado ideal para permanecer en un buen estado de salud, tanto a nivel inmunitario como de nuestros huesos y músculos.

Como decía, la población anciana es especialmente sensible a estos déficits [presente en el 80% de la población mundial. En España se cifra en el 40-65%], por lo que no debemos descartar la suplementación nutricional como una alternativa cómoda para que consigan alcanzar sus ingestas diarias recomendadas de nutrientes, tanto vitamina D como proteínas o incluso calcio.

¡¡¡MI NUEVO SUPLEMENTO DE VITAMINA D!!!. Ya disponible en: vegvital.com

La relación entre la vitamina D y el cáncer

El cáncer engloba un número amplio de enfermedades asociado al crecimiento descontrolado de nuestras células. En los últimos años se han incrementado considerablemente el número de estudios científicos que están destinados a descubrir más sobre los procesos que intervienen en el desarrollo de los distintos tipos de cáncer.

También, por supuesto, se investiga cada vez más acerca de aquellos compuestos, nutrientes, vitaminas y minerales que pueden suponer una mejora o prevención en el desarrollo del cáncer.

Este es el caso de la vitamina D, una de las vitaminas liposolubles que nuestro cuerpo necesita obtener de forma obligatoria mediante la dieta, exposición solar o la suplementación. Pero, ¿qué relación tiene el consumo de vitamina D con el cáncer?

Cuál es la función de la vitamina D

La función principal de la vitamina D en nuestro organismo es ayudarnos a usar adecuadamente el calcio y el fósforo para que nuestros huesos y dientes crezcan fuertes.

Como decíamos previamente, podemos obtener vitamina D a través de algunos alimentos, la exposición a los rayos del sol y también la suplementación vitamínica. En este sentido, la suplementación de vitamina D se presenta como una solución eficaz para prevenir la debilidad de los huesos que puede desencadenar en raquitismo infantil, en los peores casos, y osteomalacia o pérdida de masa ósea en los adultos, así como osteoporosis.

¿Por qué se estudia la relación del cáncer con la vitamina D?

Todo empezó por algunas investigaciones epidemiológicas que mostraron índices de mortalidad por algunos cánceres más bajos en los individuos que vivían en zonas con mayor exposición solar frente a otras personas que vivían en regiones con menor luz solar.

Y esto tiene sentido, ya que la exposición a los rayos ultravioleta de la luz solar conduce a la producción de vitamina D. Por ello, los investigadores formularon la hipótesis de que estas diferencias podrían deberse a la variación en las concentraciones de vitamina D.

Otras pruebas experimentales también han sugerido una posible asociación entre la vitamina D y el riesgo de cáncer. De hecho, algunos estudios relacionados con el crecimiento celular y el desarrollo de tumores han mostrado que la presencia de vitamina D hace más lenta o impide la formación del cáncer en algunos casos. Además, la presencia de vitamina D también se vincula con una disminución del crecimiento de células cancerosas, la estimulación de la muerte celular y la reducción en la formación de los vasos sanguíneos ligados a los tumores.

En relación a este asunto, los cánceres para los que hay más datos humanos disponibles vinculados con la vitamina D son el cáncer colorrectal, el de mama, de próstata y de páncreas. Por ejemplo, múltiples estudios epidemiológicos han mostrado que el consumo o las concentraciones más altas de vitamina D están asociados con un riesgo menor de cáncer colorrectal. 

Está claro que necesitamos vitamina D para estar saludables, y que es una vitamina indispensable en el organismo humano. Además, cada vez tenemos una certeza mayor acerca de su potencial saludable. Por ello, es importante que consumamos las cantidades suficientes de esta vitamina. En la dieta puede ser complicado por el número limitado de alimentos que la poseen, así que la suplementación se convierte en una opción ideal para cumplir con las necesidades de esta vitamina.

¡Nuevo suplemento! Vitamina D3, si no tomas el sol a diario, te interesa: vegvital.com

¿Cuántos tipos de vitaminas existen?

Hablar de vitaminas siempre es sinónimo de salud y beneficios en el mundo de la nutrición. Y no es para menos, ya que las vitaminas son esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Seguro que esto ya lo tenías en mente, pero, ¿realmente conoces cuáles son los tipos de vitaminas que existen?

Para empezar, debemos saber que las vitaminas son micronutrientes. Esto quiere decir que son sustancias muy pequeñas, pero no por ello menos importantes, ya que nuestro organismo las necesita para realizar multitud de funciones vitales.

Principalmente, existen 2 tipos de vitaminas bien diferenciadas:

Por un lado, tenemos las vitaminas liposolubles, como la vitamina A, D, E o K, es decir, que son capaces de almacenarse en la grasa. Esto provoca también que, si se acumulan en exceso, den lugar a una situación de hipervitaminosis o exceso de concentración de vitaminas, lo que se puede relacionar con algunos problemas de salud.

Por otro lado tenemos las vitaminas hidrosolubles, que son aquellas solubles en agua. Esto hace que si las consumimos en exceso no sea un gran problema, ya que somos capaces de expulsarlas a través de la orina. Algunos ejemplos de vitaminas hidrosolubles son la vitamina B12, vitamina C y otras vitaminas del grupo B como la riboflavina, niacina o el ácido fólico.

Esta primera clasificación nos permite ordenar de forma sencilla en dos grupos bien diferenciados las principales vitaminas en base a su comportamiento ante la grasa y el agua. Pero, además de ello, conviene conocer algunos aspectos importantes de las principales vitaminas existentes, que son totalmente esenciales para nuestro organismo:

Vitamina A: relacionada con la vista y presente abundantemente en zanahorias.

Vitamina C: potente antioxidante relacionado con frutas y hortalizas como el pimiento.

Vitamina D: necesaria para la absorción del calcio, y de fácil obtención a través de la exposición solar.

Vitamina E: potente antioxidante que ayuda a proteger las células contra los daños causados por los radicales libres.

Vitamina K: importante para la coagulación de la sangre y la salud de los huesos.

Vitaminas del grupo B (tiamina, riboflavina, niacina, ácido fólico, etc): ampliamente relacionadas con la asimilación y metabolismo de otros nutrientes.

Vitamina B12: relacionada con la formación de glóbulos rojos y de necesaria suplementación tanto en población vegetariana como vegana. Recordemos que la vitamina B12 únicamente es obtenible a partir de alimentos de origen animal, por lo que si seguimos una dieta carente de los mismos necesitaremos suplementación de vitamina B12 sí o sí.