La relación entre la vitamina D y el cáncer

El cáncer engloba un número amplio de enfermedades asociado al crecimiento descontrolado de nuestras células. En los últimos años se han incrementado considerablemente el número de estudios científicos que están destinados a descubrir más sobre los procesos que intervienen en el desarrollo de los distintos tipos de cáncer.

También, por supuesto, se investiga cada vez más acerca de aquellos compuestos, nutrientes, vitaminas y minerales que pueden suponer una mejora o prevención en el desarrollo del cáncer.

Este es el caso de la vitamina D, una de las vitaminas liposolubles que nuestro cuerpo necesita obtener de forma obligatoria mediante la dieta, exposición solar o la suplementación. Pero, ¿qué relación tiene el consumo de vitamina D con el cáncer?

Cuál es la función de la vitamina D

La función principal de la vitamina D en nuestro organismo es ayudarnos a usar adecuadamente el calcio y el fósforo para que nuestros huesos y dientes crezcan fuertes.

Como decíamos previamente, podemos obtener vitamina D a través de algunos alimentos, la exposición a los rayos del sol y también la suplementación vitamínica. En este sentido, la suplementación de vitamina D se presenta como una solución eficaz para prevenir la debilidad de los huesos que puede desencadenar en raquitismo infantil, en los peores casos, y osteomalacia o pérdida de masa ósea en los adultos, así como osteoporosis.

¿Por qué se estudia la relación del cáncer con la vitamina D?

Todo empezó por algunas investigaciones epidemiológicas que mostraron índices de mortalidad por algunos cánceres más bajos en los individuos que vivían en zonas con mayor exposición solar frente a otras personas que vivían en regiones con menor luz solar.

Y esto tiene sentido, ya que la exposición a los rayos ultravioleta de la luz solar conduce a la producción de vitamina D. Por ello, los investigadores formularon la hipótesis de que estas diferencias podrían deberse a la variación en las concentraciones de vitamina D.

Otras pruebas experimentales también han sugerido una posible asociación entre la vitamina D y el riesgo de cáncer. De hecho, algunos estudios relacionados con el crecimiento celular y el desarrollo de tumores han mostrado que la presencia de vitamina D hace más lenta o impide la formación del cáncer en algunos casos. Además, la presencia de vitamina D también se vincula con una disminución del crecimiento de células cancerosas, la estimulación de la muerte celular y la reducción en la formación de los vasos sanguíneos ligados a los tumores.

En relación a este asunto, los cánceres para los que hay más datos humanos disponibles vinculados con la vitamina D son el cáncer colorrectal, el de mama, de próstata y de páncreas. Por ejemplo, múltiples estudios epidemiológicos han mostrado que el consumo o las concentraciones más altas de vitamina D están asociados con un riesgo menor de cáncer colorrectal. 

Está claro que necesitamos vitamina D para estar saludables, y que es una vitamina indispensable en el organismo humano. Además, cada vez tenemos una certeza mayor acerca de su potencial saludable. Por ello, es importante que consumamos las cantidades suficientes de esta vitamina. En la dieta puede ser complicado por el número limitado de alimentos que la poseen, así que la suplementación se convierte en una opción ideal para cumplir con las necesidades de esta vitamina.

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