La estrecha relación entre la vitamina D y la masa muscular

Ya he hablado en varias ocasiones de las importantes funciones que cumple la vitamina D en nuestro organismo, sobre todo ligadas al sistema inmunitario y la absorción de calcio. Como sabrás, la vitamina D influye notablemente en el calcio que absorbe nuestro organismo, cobrando una especial importancia en la prevención de problemas de salud como la osteomalacia o pérdida de masa ósea y la osteoporosis, que aumenta el riesgo de sufrir fracturas en nuestros huesos.

Sin embargo, pocas personas saben que la vitamina D también cumple con un importante papel a nivel muscular. Si no tenemos suficiente vitamina D es probable que el mantenimiento de nuestra masa muscular se vea mermado, sobre todo con el paso de los años donde tiende a disminuir de forma natural.

La disminución de vitamina D

No solo la masa muscular disminuye con el paso de los años, sino que los niveles de vitamina D en el organismo también lo hacen. Esto, ligado a la debilidad de huesos por el déficit de calcio, hace que tengamos que vigilar todavía más si cabe las proporciones de estos micronutrientes tan críticos en la edad anciana.

Como es habitual, la función física del cuerpo humano también disminuye con la vejez, sobre todo la función muscular. Esto se traduce habitualmente en problemas de sarcopenia, que significa una pérdida general de masa muscular y fuerza por el avance de la edad y también el sedentarismo. Además, algunos estudios han vinculado el déficit de vitamina D con estos síntomas.

Resulta que el tejido muscular podría contar con receptores específicos de vitamina D, siendo esta una de las posibles explicaciones a la relación que existe entre la vitamina D y el metabolismo muscular, donde se produce una menor presencia de la vitamina a medida que envejecemos.

Por qué la vitamina D es vital para nuestros músculos

Varios estudios científicos a lo largo de los años han demostrado que la suplementación de vitamina D es útil para mejorar la calidad muscular, concretamente en la función del músculo esquelético.

Además, la vitamina D suplementada también ha mostrado mejoras en la morfología de los músculos y sus fibras musculares, lo que indica que la vitamina D actúa específicamente sobre el músculo esquelético.

Por si fuera poco, la suplementación con vitamina D en los deportistas y atletas sanos ha mostrado también una mejora de la masa y fuerza muscular.

Todas estas evidencias parecen más que suficientes para concluir que la presencia de la vitamina D resulta crucial en nuestro organismo, y concretamente en los músculos. Esto cobra vital importancia en la edad anciana, donde tanto los niveles de vitamina D como la masa muscular en general se ven mermados.

La función mitocondrial

Muchos estudios científicos arrojan conclusiones claras: la vitamina D activa la síntesis de proteínas y aumenta el consumo de oxígeno en las mitocondrias de nuestras células, mejorando su síntesis en las células del músculo esquelético humano.

De esta forma sabemos que la actividad de la vitamina D sirve para regular cómo funcionan nuestras mitocondrias en las células del músculo, influyendo con mucha probabilidad en el desarrollo de la fuerza muscular.

En definitiva, los estudios muestran claramente que la vitamina D interviene en la proliferación y diferenciación muscular, así como el metabolismo de nuestras células, y concretamente en la actividad de las mitocondrias. Adicionalmente, se cree que la vitamina D suplementada en ancianos puede mejorar su rendimiento muscular así como el equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas en este grupo de la población.

Es importante consumir suficiente vitamina D

Conociendo toda esta información acerca de la vitamina D y nuestros músculos contamos con más pruebas todavía acerca de la importancia de consumir una cantidad suficiente de esta vitamina en nuestro día a día.

Si no nos exponemos al Sol cada día 10-15 minutos, en cara y brazos, debemos contar con la suplementación de vitamina D como un aliado ideal para permanecer en un buen estado de salud, tanto a nivel inmunitario como de nuestros huesos y músculos.

Como decía, la población anciana es especialmente sensible a estos déficits [presente en el 80% de la población mundial. En España se cifra en el 40-65%], por lo que no debemos descartar la suplementación nutricional como una alternativa cómoda para que consigan alcanzar sus ingestas diarias recomendadas de nutrientes, tanto vitamina D como proteínas o incluso calcio.

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