¿Son seguros los aditivos?

Los aditivos alimentarios son sustancias que generan mucha incertidumbre y desconfianza en el consumidor. Y es normal, ya que existe mucho desconocimiento sobre qué son exactamente, cómo están regulados y cuál es su propósito en la industria alimentaria.

Qué son los aditivos alimentarios

Los aditivos son sustancias añadidas con un propósito tecnológico concreto. No pueden añadirse “porque sí” ni de cualquier forma, todo su proceso de utilización está estrechamente regulado a nivel legal por parte de la Unión Europea.

Este matiz es importante, ya que para usar un aditivo esta sustancia debe estar aprobada legalmente y contar con un registro, el famoso número que acompaña a la letra “E” en el etiquetado. Si un aditivo tiene este registro, quiere decir que es apto para el consumo.

Muchos aditivos son prescindibles

Existen muchos tipos de aditivos diferentes, cada uno destinado a una función específica. Desde colorantes, edulcorantes o espesantes hasta conservantes o antioxidantes.

Algunos son muy importantes para mantener a raya a los patógenos, como es el caso de los conservantes. Pero otros aditivos son menos interesantes y podemos decir que incluso son innecesarios desde el punto de vista de la salud y la seguridad alimentaria. Es el caso de los colorantes, aromas o potenciadores del sabor, cuya única función es la de “maquillar” el producto que nos estamos comiendo.

Cómo se vigilan los aditivos

Además, para poder ser utilizados deben cumplir con diferentes estudios toxicológicos que son re-evaluados constantemente por parte de las autoridades competentes. Por ello, no es raro que veamos cada pocos años algunos cambios en ciertos aditivos y las cantidades aptas para su utilización en la industria alimentaria.

Para regular la cantidad de aditivo que se puede utilizar, existe un parámetro llamado IDA, que hace referencia a la Ingesta Diaria Admisible. Es decir, es una cifra que se refiere a la cantidad de un aditivo concreto que podemos consumir durante todos los días de nuestra vida sin que se produzca un cambio apreciable en nuestra salud.

Esta IDA no la tienen todos los aditivos, solo aquellos que han mostrado más incertidumbre según los estudios científicos. Para ello, se aplican factores de seguridad muy grandes, por lo que las cantidades de aditivos aprobados son perfectamente seguras.

De esta forma, la seguridad de los aditivos se controla de una forma bastante amplia al contrario de lo que mucha gente piensa. Por ello, no debemos tener miedo de los aditivos. Las cantidades utilizadas son seguras. El problema es que los aditivos se suelen utilizar en multitud de ultraprocesados y productos de pésima calidad nutricional.

Aún así, entre dos productos iguales, escogería siempre el que no lleva aditivos.

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