Aguacate: evita que se ponga negro

El aguacate es una fruta que cada vez cuenta con mayores fans en las redes sociales. Es lógico, ya que tiene grandes nutrientes asociados a su composición que nos permiten disfrutar de un alimento sabroso pero también saludable.

Quizá te has preguntado alguna vez por qué el aguacate se pone negro en tan poco tiempo. El proceso mediante el cual la pulpa de aguacate se oscurece es conocido como pardeamiento enzimático, y es un proceso habitual de degradación en vegetales y frutas. La reacción química que interviene en el proceso se favorece cuando se combina el oxígeno con una enzima llamada polifenol oxidasa.

¿Por qué tan rápido?

Pero, ¿por qué la velocidad de oscurecimiento es tan alta? La respuesta está en la composición del aguacate. Es un fruto muy rico en grasas monoinsaturadas, concretamente ácido oleico (el mismo que encontramos en el aceite de oliva). De hecho, el 75% de las grasas del aguacate son monoinsaturadas, y este es el motivo de que esta fruta sea tan sana.

Dejando la parte nutricional a un lado, lo cierto es que las grasas se oxidan muy rápidamente en presencia del oxígeno: no se llevan nada bien entre sí. De ahí que el aguacate tienda a oscurecerse rápidamente una vez que lo partimos por la mitad y dejamos expuesta su carnosa pulpa. Este proceso de oxidación también se conoce como enranciamiento de las grasas.

Así podemos retrasarlo

No podemos evitar al 100% el pardeamiento del aguacate, ya que es un proceso totalmente natural de degradación de alimentos. Sin embargo, sí que podemos minimizarlo o retrasarlo ligeramente mediante algunos trucos habituales en nuestra cocina.

El más conocido es añadir unas gotas de limón al aguacate. De esta forma, el ácido cítrico y ascórbico (es el nombre de la vitamina C) del limón ejercerán una protección extra al tratarse de compuestos con un alto poder antioxidante.

Otra fórmula consiste en guardar la mitad del aguacate sobrante en un tupper con agua, y almacenar en el frigorífico. De esta forma la pulpa del aguacate no estará expuesta al aire, y además utilizaremos frío como protección, que siempre interviene retrasando todas las reacciones químicas de deterioro en alimentos. Si decidimos combinar todos los trucos: frío, limón y agua, tendremos un combo perfecto para retrasar al máximo el oscurecimiento del aguacate y así optimizar su consumo en nuestra alimentación diaria.

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