Desde hace mucho tiempo existe cierta creencia negativa en torno al consumo de soja. Esta creencia dice que el consumo de altas cantidades de soja puede ser perjudicial para la salud por su contenido en isoflavonas, compuestos de estructura similar a los estrógenos. Los estrógenos son las hormonas sexuales fundamentalmente femeninas, aunque los hombres también las tienen pero en menor cantidad de forma general.
Esto ha llevado a pensar que el consumo de la soja como alimento puede interferir en el desarrollo de los varones durante la pubertad, o incrementar el riesgo de cáncer de mama en mujeres. Sin embargo, los alimentos a base de esta legumbre como el tofu, el edamame, la soja texturizada, el tempeh o las bebidas de soja no contienen niveles suficientes de isoflavonas para producir efectos adversos.
Más bien al contrario. Diversos estudios científicos han descartado esta hipótesis con el paso de los años. Además, el Fondo Mundial de Investigación del Cáncer (WCRF) considera que la soja es un alimento seguro, una fuente excelente de proteína y que los beneficios de su consumo son amplios hacia la salud humana.
Por si fuera poco, no existe evidencia sólida de que las isoflavonas sean perjudiciales para la salud humana. Ni tan siquiera que incrementen el riesgo de cáncer de mama como tal. De hecho muchos estudios arrojan resultados positivos respecto al papel preventivo de las isoflavonas de soja en la prevención del cáncer.
La soja sale ganando especialmente cuando se emplea como sustituto de las carnes rojas y procesadas, superando ampliamente cualquier riesgo potencial con sus ventajas nutricionales. Es un alimento rico en proteínas y con todos los aminoácidos esenciales. Tiene lo que llamamos “aminograma completo”, siendo una de las legumbres más completas y versátiles que existen.
Por otro lado, tampoco debemos preocuparnos por la soja transgénica ya que dentro de la Unión Europea no está permitido el uso de soja para consumo humano. Más del 90% de la producción mundial de soja se dedica a los piensos para «animales de granja», en estos casos sí que suele ser transgénica. Sin embargo, la Unión Europea es muy estricta en este sentido. Aún así, no hay pruebas científicas de que la soja transgénica sea negativa para la salud humana. Mucho menos que sea capaz de aumentar la incidencia de ciertas enfermedades.
En resumen, ¡come soja sin preocupaciones! Es un alimento muy saludable e interesante para incluir en la dieta cotidiana.
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