Las proteínas son uno de los macronutrientes que más interesa a los consumidores. Y es normal, ya que su consumo a través de los alimentos se asocia tradicionalmente a una mejor salud y beneficios protectores.
Esto realmente es así, las proteínas tienen un alto poder saciante y tienen múltiples funciones en el cuerpo humano, como por ejemplo regular el funcionamiento de ciertas reacciones bioquímicas y químicas en el organismo.
Las proteínas también tienen funciones estructurales y nos ayudan a mantener en correcto estado y dar forma a nuestros tejidos, como la piel, uñas, y también tienen una función de movimiento a través de los propios músculos, entre muchas otras utilidades.
¿Es una mención regulada legalmente?
Las funciones de las proteínas están claras, ¿pero qué hay del etiquetado de ciertos alimentos? ¿Aquellos que destacan bien grande un “alto en proteínas” son necesariamente más saludables? ¿Cómo se controla esto?
La mención “alto en proteínas” está regulada por la legislación europea en materia de declaraciones nutricionales y de salud en relación a los alimentos, concretamente mediante el “Reglamento UE 1924/2006 relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos”.
En esta legislación se nos indica que para poder utilizar la mención “alto en proteínas” o alguna que tenga el mismo significado: “las proteínas deben aportar aportan como mínimo el 20% del valor energético del alimento”.
Esto no quiere decir que el 20% de todo el alimento deba corresponder a las proteínas. El tema es ligeramente más complicado, aunque tampoco tanto. Realmente, deberíamos calcular el total de calorías que nos aportan los gramos concretos de proteína que tiene el producto alimenticio en cuestión según su etiquetado.
¿Y cómo se calcula esto? Pues haciendo una sencilla operación, multiplicando los gramos de proteínas que aparecen en la tabla de información nutricional por 4, ya que son 4 Kcal las que aportan cada gramo de proteína. Esta cifra es igual para los hidratos de carbono (4 Kcal), pero diferente para las grasas. Las grasas aportan 9 Kcal por cada gramo, siendo el macronutriente más calórico.
No hace falta complicarnos tanto la vida
Realmente no hace falta que vayamos tan al detalle ni elaborar cálculos complejos. Como siempre, lo importante para averiguar si un alimento es saludable será revisar su listado de ingredientes y valorar el alimento en su conjunto.
Y si vemos una mención “alto en proteínas”ya sabemos que realmente sí aporta información interesante, no como otros reclamos. Después debemos asegurarnos de que el producto no contenga ingredientes añadidos de mala calidad nutricional, como por ejemplo un exceso de azúcares o edulcorantes que suelen tener los postres lácteos “altos en proteínas” que tan de moda están actualmente.
Recuerda que la falta de proteínas no es un problema en nuestra sociedad, según los últimos informes, en Europa se duplican las cantidades recomendadas y en algunos países hasta se triplican. Tenemos proteínas en prácticamente el 100% de los alimentos.
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