La cerveza sin alcohol, ¿lleva alcohol?

La cerveza sin alcohol es un producto odiado por muchos, pero también venerado por otras tantas personas. Es lógico, ya que permite (a priori) disfrutar de forma más saludable de una bebida fermentada que tiene un potente arraigo en nuestra sociedad.

Pero, ¿sabías que la cerveza sin alcohol realmente sí puede llevar alcohol?. Así es, según la norma de calidad de la cerveza y de las bebidas de malta en España, la cerveza sin alcohol es aquella con un contenido menor al 1% de alcohol en volumen, por lo que puede contener alcohol en cantidades mínimas. Lo más habitual es verla etiquetada con un 0,9% de alcohol.

Por otro lado tenemos la cerveza 0,0, un producto que sí podríamos pensar que realmente no tiene nada de alcohol. Pero tampoco es así. De hecho, no aparece en la legislación como tal. Se podría considerar más bien una marca publicitaria, una cuestión de marketing.

A pesar de no estar legislada, debemos suponer por aproximación que la cerveza 0,0 hace referencia a un contenido en alcohol máximo de 0,04% de alcohol. Sin duda, esto la convierte en la versión más saludable de todas a pesar de ese mínimo porcentaje de alcohol que contiene.

Aún así, debemos estar pendientes siempre de los etiquetados alimentarios. Es importante conocer la información de la etiqueta que realmente nos interesa y la que no. Solo de esta forma podremos tomar elecciones de compra saludables, basadas en una correcta información. De forma general, podemos decir que la parte trasera del envase donde se encuentra el listado de ingredientes y la tabla nutricional es la que más nos interesa.

Lo normal a estas alturas sería preguntarse: ¿por qué no encontramos ninguna cerveza 100% libre de alcohol? ¿Es tan difícil que el alcohol sea eliminado por completo de una cerveza?

Esto se debe a que es complicado eliminar el alcohol de la cerveza sin perder compuestos volátiles que dan sabor y aroma por el camino. Por eso, a día de hoy sería imposible obtener una cerveza sin alcohol con el mismo sabor que una convencional. Existe una limitación tecnológica que nos impide hacerlo por el momento.

Si nos centramos en la salud e intentamos trasladar todo esto a un punto más práctico, debemos tener en cuenta varias cosas. A pesar del contenido en alcohol, la cerveza sin alcohol puede ser una opción interesante para consumir si estamos implicados en llevar a cabo una alimentación más saludable. Recordamos que es una bebida que posee un contenido en alcohol bajísimo (especialmente la 0,0), por lo que dentro de un contexto saludable es perfectamente válida.

Por otro lado, si tenemos en cuenta la escasa oferta de bebidas saludables que tenemos en bares y restaurantes, la cerveza sin alcohol es una de las mejores opciones sin duda. Si pensamos en refrescos y otras bebidas alcohólicas como la cerveza clásica o el vino, está claro que la cerveza sin alcohol, el té con hielo o distintas aguas infusionadas o aromatizadas con frutas son opciones fantásticas para disfrutar en una terraza.

¿Refresco Zero o cerveza sin alcohol?

Cuando pedimos una bebida fuera de casa, es bastante habitual recurrir a opciones poco saludables. La cervecita del aperitivo o el refresco que acompaña al tapeo habitual pueden convertirse en nuestro peor enemigo si estamos interesados en el seguimiento de una alimentación saludable.

Antes de nada, es importante matizar que no hay ningún problema en consumir puntualmente alguna de estas bebidas poco saludables. El problema es cuando esto se convierte en una rutina y puede acarrear problemas de salud derivados mucho más graves, sobre todo relacionados con el sobrepeso y la obesidad.

Lo cierto es que, ni la cerveza sin alcohol ni la Coca Cola Zero son especialmente interesantes en cuanto a nutrientes, pero sí que pueden ser alternativas interesantes puntualmente cuando queremos recurrir a una bebida social sin caer en opciones mucho peores.

No obstante, no debemos olvidar que los edulcorantes que poseen los refrescos edulcorados como la Coca Cola Zero o Light —a pesar de facilitar un contenido reducido en calorías— son sustancias que se relacionan con el aumento de peso por parte de algunas investigaciones científicas.

Esto es debido a que nos siguen manteniendo “enganchados” al sabor dulce, haciendo que sigamos dependiendo de la sensación placentera que nos aporta el azúcar y otras sustancias con capacidad edulcorante.

También se ha demostrado que muchos de los edulcorantes empleados por la industria afecta a nuestra microbiota, a nuestra flora intestinal, lo que acaba repercutiendo en nuestro sistema inmunitario.

Respecto a la cerveza sin alcohol, encontramos una versión con un contenido mucho menor de alcohol —recordemos que la cerveza sin alcohol puede contener hasta 0,9% de alcohol— en comparación con su versión habitual, que puede rondar entre 3,5 y 5% de alcohol en las variedades de consumo más frecuentes.

Aún así, puestos a elegir, es importante que optemos preferiblemente por cervezas 0,0, que sí que garantizan un contenido mucho más bajo de alcohol, siendo del 0,04% como máximo según lo que determina la legislación española.

Si tuviera que elegir entre ambas, será preferible optar por la cerveza sin alcohol (0,0 a ser posible), ya que su perfil nutricional puede considerarse ligeramente superior al de un refresco Zero. Y, sobre todo, porque nos ahorramos los inconvenientes de los edulcorantes, que no son mucho  mejores que el azúcar.

¿Es la cerveza isotónica como nos venden?

En los últimos años, quizás solamente meses, se ha comenzado a vender la cerveza como una bebida muy nutritiva, interesante a nivel nutricional, incluso una marca ha puesto en su enlatado la palabra ‘isotónica‘ y en muchas carreras se regala a los corredores para reponer los minerales perdidos, sin tener en cuenta el alcohol que contiene. Pero, ¿es realmente interesante en cuanto a nutrientes? Sigue leyendo

El alcohol, mal amigo de la buena nutrición

El alcohol se asocia a momentos de celebración, de felicidad… una asociación algo perversa, ya que propicia su consumo de manera habitual y en algunos casos, los más peligrosos, se convierte en una droga evasiva de nuestros problemas cotidianos, el alcohol nos produce una sensación de seguridad que en nuestra vida habitual nos puede faltar, lo que deriva en problemas de alcoholismo con dramáticas consecuencias para nuestra salud y la de la gente que nos rodea.

El 6% de los fallecimientos que se producen a nivel mundial se debe al consumo de bebidas alcohólicas, lo que equivale a 3,3 millones de muertes, casi el 20% de las enfermedades crónicas derivan de su ingesta, a él están asociadas más de veinte patologías y trastornos, especialmente los mentales [demencia, trastorno bipolar, depresión…], los relacionados con el hígado, los riñones y el sistema inmunológico, este último es especialmente relevante, el alcohol agota nuestras defensas lo que supone la vía de entrada perfecta para numerosas enfermedades [datos de la OMS]. Sigue leyendo