El aguacate es uno de los alimentos que más quebraderos de cabeza suponen a la hora de conservar. El motivo es bien sencillo: tras partir un aguacate por la mitad podemos observar como empieza a oscurecerse u oxidarse en un tiempo récord.
Esto se debe al fenómeno conocido como pardeamiento enzimático. Este proceso es totalmente natural de algunas frutas y verduras, y no sucede por la presencia de compuestos ajenos al alimento. Al revés, las culpables son unas enzimas llamadas polifenol oxidasas. Estas enzimas son proteínas que aceleran la reacción bioquímica de oscurecimiento del aguacate.
Podemos mantener a raya la actividad de estas enzimas con algunos trucos en casa, pero no son infalibles. Esto es importante dejarlo claro: el aguacate va a seguir poniéndose oscuro. Solo que, con algunos pasos, podemos hacer que este cambio de color sea más bien tardío o que se dé en menor medida.
El primer proceso que ralentiza el oscurecimiento del aguacate es el frío. Por ello debemos conservar el aguacate partido dentro del frigorífico. A ser posible en un táper hermético bien cerrado que lo aisle al máximo posible. Aunque sea menos ecológico, también se puede envolver en papel film.
Adicionalmente, debes saber que el zumo de limón puede ser un gran aliado en la lucha contra el oscurecimiento del aguacate. Añadir unas gotitas de limón a la mitad del aguacate partido puede ayudar considerablemente a retrasar el cambio de color porque reduce el pH: es decir, lo vuelve más ácido. Conservar la mitad del aguacate con el hueso también ayuda, así que mejor no se lo quites.
A pesar de todos estos trucos, existe uno que funciona a las mil maravillas. Casi mejor que ninguno. Consiste en almacenar la mitad partida del aguacate dentro de un táper con agua. Eso, dentro del frigorífico, combinado con frío. De esta forma, la superficie interna del aguacate no queda expuesta directamente al oxígeno ambiental, lo cual frena el proceso de oscurecimiento. Así podemos conservar el aguacate unos 2-3 días.
¡OJO! Si haces este último truco, tendrás que limpiar antes la piel del aguacate con un cepillo.
Debemos tener en cuenta que cuando partimos un alimento vegetal por la mitad estamos rompiendo su piel o corteza: es decir, eliminamos su capa de protección natural frente a los elementos ambientales externos como polvo, luz, oxígeno o humedad. De esta forma, siempre que partamos una fruta por la mitad debe almacenarse en el frigorífico. De lo contrario estarás favoreciendo el desarrollo de algunos microorganismos patógenos que pueden llegar al alimento debido a una mala manipulación del mismo. Mejor no jugársela.
¿El mejor truco?. Comerte el aguacate entero 😉
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