Cómo ordenar el frigrorífico por estantes

La organización en el frigorífico es fundamental para garantizar una adecuada conservación de los alimentos, alargar su vida útil y protegernos frente a intoxicaciones alimentarias. Por ello, debemos saber que los diferentes apartados del frigorífico tienen algunas características distintivas que les permiten albergar diferentes alimentos. Son las siguientes:

Puerta del frigorífico: es la zona menos fría de todo el electrodoméstico, por ello debemos almacenar en ella aquellos alimentos que no vayan a echarse pronto a perder. Es decir, con una larga vida útil. Es la zona ideal para guardar líquidos y bebidas sin abrir que vayan a permanecer mucho tiempo en el frigorífico.

Estante superior: en esta zona debemos almacenar aquellas sobras de comida y productos alimenticios cuyo envase haya sido abierto. Por ejemplo, latas de conservas vegetales abiertas: pimiento, cebolla, espárragos, pepinillos… Es importante que traslademos el contenido de las latas (si son de aluminio) a un envase o táper adecuado, ya que el metal de las latas puede deteriorarse con el frío. Si hablamos de conservas de cristal como las legumbres no habrá problema, incluso es interesante almacenar dichos alimentos junto al líquido de gobierno o cobertura que acompaña a la conserva, ya que ayuda a la conservación del alimento.

Estantes intermedios: en estos estantes podemos almacenar alimentos procesados sin abrir, como tofu, seitán o procesados vegetarianos a base de soja. Es muy importante que dejemos suficiente espacio de separación entre los distintos productos para que el aire frío circule correctamente y enfríe la comida.

Estante inferior: esta es una de las zonas más frías del frigorífico, sobre todo si debajo tenemos el congelador. Es la zona ideal para almacenar alimentos a descongelar, y debemos llevar cuidado con sus jugos para no manchar otros alimentos y provocar una contaminación cruzada.

Cajón de frutas y verduras: como su propio nombre indica, esta sección del refrigerador sirve para guardar nuestros vegetales. Por supuesto, también podemos guardarlos en el estante inferior o intermedio si nos falta espacio y siempre que no entren en contacto con otros alimentos crudos. Igualmente, algunas frutas no necesitan frío para conservarse. Por ejemplo, aguacates, tomates, plátanos, manzanas y peras aguantan mejor en el frutero a temperatura ambiente, ya que son frutas climatéricas que siguen respirando tras su recolección. Esto provoca que no se lleven bien con el frío, y que puedan ver mermadas sus características organolépticas si almacenamos las frutas en él.

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