El almidón resistente, ¿una moda más?

El almidón es la forma en la que las plantas guardan energía. Cuando cocinamos patatas, boniatos, arroz u otros cereales, ese almidón se modifica y se hace biodisponible para el ser humano [y otros animales].

Este proceso se conoce como gelificación, que hace que nuestras enzimas puedan mejorar su trabajo y que ese almidón se absorba y sea aprovechado por todas nuestras células cuando lo necesiten.

Todo esto cambia cuando el alimento rico en almidón se enfría. Se modifica su estructura química, enrollándose entre sí largas cadenas de amilosa y produciéndose lo que llamamos retrogradación del almidón o almidón resistente.

Este almidón resistente resulta casi imposible de absorber en las paredes intestinales, por lo que llega intacto a la intestino grueso, donde está nuestra microbiota [flora intestinal]. Actúa como si fuera una especie de fibra, ayudando a fortalecer esa microbiota. Se comportaría como un prebiótico, que NO como un probiótico.

En casa es muy fácil de conseguir: cocinamos ese alimento rico en almidón y lo dejamos enfriar al menos 12 horas, ya tendríamos almidón resistente. No hay acuerdo en si se debe calentar de nuevo antes de comer o serviría frío.

Este almidón resistente se ha demostrado eficaz, en cierto grado, en la prevención del cáncer de colon, contra la inflamación intestinal, ayuda a absorber algo mejor los minerales y a controlar más eficazmente la insulina. No se ha demostrado que sea útil en la pérdida de peso.

Con todo esto, vemos que tiene ciertos beneficios, pero no es obligatorio hacerlo. Una dieta puede ser 100% saludable, sin tomar almidón resistente. Yo jamás lo he hecho. Además, la inmensa mayoría de vegetarles como fruta, verdura, legumbres, granos… presentan fibra, que ya actúa como un prebiótico natural.mento de probióticos en: vegvital.com

Una única vez
Mensual
Anual

¿TE HA GUSTADO ESTE ARTÍCULO?. Una forma de reconocerlo puede ser una pequeña donación 😉

Haz una donación mensual

Haz una donación anual

Elige una cantidad

€3,00
€5,00
€10,00
€5,00
€15,00
€100,00
€5,00
€15,00
€100,00

O introduce un monto personalizado


¡MILLONES DE GRACIAS!

Se agradece tu contribución.

Se agradece tu contribución.

DonarDonar mensualmenteDonar anualmente

Almidón: ¿es saludable, en qué alimentos se encuentra?

En infinidad de ocasiones hemos escuchado que el almidón es una sustancia que muchos alimentos contienen. Desde siempre se ha asociado a alimentos como las patatas, los cereales o el arroz ¿Pero sabemos para qué sirve? ¿Es saludable?

Antes de nada debemos saber que el almidón es un polisacárido vegetal, muy rápido de asimilar y cuya función principal es la de aportar energía para que nuestro organismo pueda funcionar en el día a día. Es un compuesto de reserva en los vegetales, y como tal se encarga de otorgar energía a estos organismos.

¿Qué es el almidón?

El almidón está formado por muchas unidades de glucosa juntas entre sí, que son el principal combustible de nuestro organismo. Estas moléculas de glucosa están agrupadas a su vez en otros elementos más complejos como la amilosa y amilopectina, largas cadenas de glucosas ramificadas que conforman el almidón.

Por otro lado, en algunos productos procesados el almidón es añadido para cumplir con una función de relleno. En este sentido, se convierte en un elemento a evitar porque únicamente sirve para maquillar productos de escaso valor nutricional, la mayoría ultraprocesados como fiambres, cremas ricas en aceites insanos y algunos platos preparados altos en azúcar y sal.

Sin embargo, si nos centramos en el almidón natural que encontramos en alimentos como el arroz, pasta, o la patata, este se convierte en un recurso importante, sobre todo para la práctica deportiva. Todo depende del contexto donde lo encontremos.

Debemos adaptar nuestros hidratos según el deporte

Bien es cierto que si nuestra actividad física es moderada, no hace falta recurrir constantemente a alimentos ricos en almidón, pues no quemaremos toda esa energía. Por lo general, debemos contemplar nuestras fuentes energéticas de una forma más global. Es decir, pensar en alimentos y no tanto en nutrientes aislados.

En este sentido, una dieta rica y variada en legumbres, frutos secos, pastas y pan integrales, verduras, hortalizas y frutas nos otorgará fuentes energéticas muy interesantes que también sumarán cantidades importantes de vitaminas y minerales a nuestro organismo.

En general, se recomienda que la ingesta de hidratos de carbono en la dieta esté adaptada según nuestra práctica deportiva. Por ello, las personas que practican deporte muy frecuentemente y a un nivel alto pueden permitirse una ingesta de hidratos de carbono mayor que otras personas más sedentarias. De hecho, es interesante que así lo hagan para lograr energía de forma sencilla y repartida a lo largo del día gracias a los carbohidratos complejos que se absorben lentamente.

Conclusión: el almidón que encontramos de forma natural en los alimentos no es un problema, todo lo contrario, será una buen fuente de energía