Hoy en día entender el etiquetado de los alimentos que consumimos no es para nada fácil. De hecho, solemos encontrar con facilidad mucha información variada en el envase que llega a ser confusa, ya que mezcla reclamos de marketing con información de interés nutricional.
Se combinan de esta forma elementos y mensajes que no están regulados por legislación con otros que sí lo están. Todo esto confunde muchísimo a los consumidores y hace que andemos bastante perdidos en general.
Para que esto no suceda, lo más importante es acudir a la parte trasera e ignorar lo que ponga en la portada del producto. Ahí suelen incluirse la mayor parte de los reclamos de marketing que pueden confundirnos, por lo que debemos huir de ellos e ir directos a lo que nos interesa.
Una vez atrás, debemos revisar primero la lista de ingredientes y después la tabla de composición nutricional. Si no seguimos este orden, corremos el riesgo de identificar erróneamente el origen de algunos nutrientes saludables.
Podríamos asustarnos al ver un número elevado de calorías o de grasa en los frutos secos. Sin embargo, se trata de alimentos perfectamente saludables y de buena calidad nutricional.
Si vamos primero a la tabla y vemos mucho azúcar, por poner otro ejemplo, podríamos pensar que estamos ante un producto insano también. Esto es debido a que no hay forma actual de distinguir en el etiquetado cuál es el azúcar añadido y cual el propio del alimento, es decir, el azúcar intrínseco.
Esto lo solucionamos acudiendo a la lista de ingredientes y revisando si aparece la palabra «azúcar» en algún sitio. Recuerda que cuanto antes aparezca en el listado, significa que el contenido es mayor. El listado de ingredientes se coloca obligatoriamente en orden decreciente, es decir, de más a menos cantidad. Por ello, los ingredientes de mayor contenido estarán en las primeras posiciones, y los menores al final. Lo mismo podemos hacer para aceites, harinas refinadas o sal.
En resumen, puedes seguir los siguientes sencillos pasos para analizar un etiquetado alimentario que encuentres en el supermercado:
- Huye de reclamos de marketing en la parte frontal y ve a la parte trasera del envase
- Revisa el listado de ingredientes y comprueba si hay ingredientes insanos en las primeras posicionales
- Si no vemos el %, confirma las cantidades exactas de los posibles compuestos insanos (azúcar, harinas y aceites refinados) en la tabla nutricional. También de la sal.
Si no tomas pescado, mi suplemento te interesa:
