La inflamación e hinchazón son 2 procesos físicos muy diferentes, se confunden entre sí porque, de forma errónea, usamos entras palabras como sinónimos, cuando no lo son.

La hinchazón suele ser un problema puntual y totalmente normal derivado de las comidas abundantes y del consumo de ciertos alimentos ricos en fibras y otros compuestos difícilmente digeribles de los alimentos, de ahí que suelan estar vinculados a la generación de gases y flatulencias. Notamos un abultamiento en la zona de la tripa, producida por estos gases.

Sin embargo, la inflamación puede tener causas detrás mucho más complejas, serias y variadas, y su sintomatología suele ser más silenciosa. De hecho, el sistema inmunitario tiene mucho que ver, ya que podría estar interviniendo en estas reacciones de inflamación. La inflamación se define como un mecanismo de defensa de nuestro organismo ante ciertos compuestos que o bien no son digeribles o nuestro aparato digestivo no es capaz de asimilar correctamente. También está muy relacionada con el estrés.

Por ello, realmente hay una gran diferencia entre hinchazón e inflamación del abdomen, siendo la primera una sensación de estar inflado, pesado o lleno y que puede acompañarse o no de distensión abdominal (es decir, del agrandamiento del estómago habitual tras una comida). La hinchazón puede ocurrir en cualquier momento del día, sin embargo, se incrementa cuando comemos ciertos tipos de alimentos o en una gran cantidad, que puede provocar muchas molestias. Esto hace que el motivo de la hinchazón sea la presencia de gases, de flatulencias.

Por otro lado, la inflamación es un concepto diferente asociado a la intervención del sistema inmunitario. En la mayoría de los casos no hay síntomas aparentes, desde luego no la tripa hinchada. Es una enfermedad tremendamente silenciosa que da la cara generalmente a partir de los 60-65 años y se traduce en artrosis, artritis, peor funcionamiento del sistema inmunitario, mala gestión de las infecciones, etc. etc.

Si se debe a una intolerancia alimentaria, será más fácil detectarla, pero la inflamación no solamente se produce por las intolerancias.

Aunque las causas de la inflamación, especialmente la crónica, pueden ser muy variadas. Las que la previenen a lo largo de la vida son: una buena alimentación, el ejercicio físico y, sobre todo, en este caso el control, el manejo del estrés.

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