La esclerosis múltiple y la vitamina D

Esta misma semana hemos tenido la buenísima noticia del descubrimiento del virus que causa al esclerosis múltiple, el Epstein-Barr. Se ha llegado a esta conclusión después de un estudio a nada menos que 10 millones de personas durante 20 años. Es una enfermedad que suele aparecer entre los 20 y 40 años y que en España afecta a aproximadamente 50.000 personas. ¡Es un gran avance científico!

Uno de los grandes problemas es que se calcula que el 94% de la población porta este virus o se encuentran huellas de él. Es el que conocemos como «virus del beso», se transmite fácilmente por la saliva, al besarse o compartir un vaso o un cubierto. En la mayoría de los casos suele estar latente, pero hay factores que «lo activan».

¿Y qué tiene que ver la vitamina D?

Desde la Red Española de Esclerosis Múltiple, puntualizan que no solamente este virus puede ser el causante, sino que son una suma de factores, entre los que señalan el tabaquismo, la obesidad infantil y el déficit de vitamina D.

Esto se debe a que la vitamina D es fundamental para el sistema inmunitario, siempre pensamos en esta vitamina para fortalecer nuestros huesos, pero nuestras defensas necesitan de buenos niveles para su correcto funcionamiento. Sobre todo, la vitamina D, actúa justo cuando el organismo detecta al virus, en los primeros segundos, que son vitales para poder neutralizarlo o rebajar su incidencia. También ayuda a controlar las células inflamatorias.

La Mayo Clinic, un referente mundial, recoge que tomar suplementos de 400 UI [10 mcg] o más de vitamina D disminuye de manera considerable el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple en mujeres.

También la Fundación de Esclerosis Múltiple [en uno de sus artículos] nos dice que la vitamina D es un elemento fundamental para la salud y especialmente si se padece esclerosis múltiple.

El déficit generalizado de vitamina D

Otro de los grandes problemas es el déficit tan alto que hay en nuestra sociedad. Se calcula que en España este puede alcanzar al 60% de la población. Esto se debe a que la principal fuente es el Sol, tomarlo 10-15 minutos cada día, mínimo en cara y brazos. Lamentablemente, por nuestro estilo de vida, no pasamos ese tiempo ni de lejos, estamos siempre a cubierto, en casa o trabajando, además del uso de muchos maquillajes y cremas con protección solar. A esto se suma, que no hay alimentos ricos en esta vitamina, que cubran los mínimos.

Por lo tanto, para evitar este déficit tan generalizado, o tomamos el Sol o suplementación, mejor de D3, que es la más similar a la obtenida por el Sol.