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10 alimentos para mejorar las digestiones
Tener una buena digestión es fundamental para el bienestar general y la salud. Si experimentas problemas digestivos como hinchazón, estreñimiento o acidez estomacal, incorporar ciertos alimentos a tu dieta puede marcar la diferencia.
- Piña: Contiene una enzima llamada bromelina que ayuda a descomponer las proteínas y facilita la digestión. Además, su alto contenido de fibra favorece el tránsito intestinal.
- Jengibre: Posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que promueven la salud digestiva. Ayuda a aliviar los síntomas de la indigestión y las náuseas.
- Kiwi: Esta fruta es rica en fibra y contiene una enzima llamada actidina, que facilita la descomposición de las proteínas y estimula la digestión.
- Alcachofa: Ayuda a estimular la producción de bilis, lo que contribuye a una mejor digestión de las grasas. También es conocida por sus propiedades depurativas y diuréticas.
- Papaya: Contiene una enzima llamada papaína que facilita la digestión de las proteínas. Además, su alto contenido de fibra contribuye a un sistema digestivo saludable.
- Manzanas: Son ricas en fibra, especialmente en pectina, una fibra soluble que ayuda a regular el tránsito intestinal y promueve una digestión saludable.
- Avena: La avena es una fuente de fibra soluble que ayuda a mantener un sistema digestivo saludable. Además, contiene compuestos que actúan como prebióticos, promoviendo el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino.
- Menta: El té de menta o el consumo de hojas frescas de menta pueden ayudar a aliviar la indigestión y los problemas estomacales, ya que relajan los músculos del tracto gastrointestinal.
- Calabaza: Es una fuente de fibra que ayuda a regular el tránsito intestinal y previene el estreñimiento. También contiene enzimas digestivas que facilitan la descomposición de los alimentos.
- Perejil: Este herbáceo contiene compuestos que estimulan la producción de bilis, favoreciendo la digestión de las grasas. Además, tiene propiedades carminativas que ayudan a aliviar los gases intestinales.
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¿Existe el corte de digestión?
Desde hace muchos años se nos ha dicho que debemos guardar cierto tiempo de reposo después de comer y antes de bañarnos, sobre todo en épocas veraniegas en relación con la playa y las piscinas.
Sin embargo, el corte de digestión como tal no existe realmente. No es un engaño del todo, ya que sí puede darse un problema de salud asociado a los baños bruscos y relacionado con la temperatura del agua.
Qué pasa con el corte de digestión
Como decía, el corte de digestión no existe realmente. Cuando consumimos alimentos, nuestro organismo ejerce cierto esfuerzo para poder digerir y asimilar correctamente todos los nutrientes a partir de los alimentos, y esto puede llevar asociado un aumento de la temperatura en el aparato digestivo.
Sin embargo, y a pesar de la creencia popular, la digestión no se corta o paraliza cuando nos bañamos. Por ello, realmente podemos decir que el corte de digestión no existe, sino que se trata de un mito. Realmente deberíamos hablar de hidrocución, un trastorno relacionado con la inmersión acuática y la temperatura corporal, pero que no es exclusivo de la ingesta de alimentos.
Qué es el síndrome de hidrocución
La hidrocución es un síncope provocado por el cambio brusco de temperatura en el organismo cuando contactamos con agua muy fría o muy caliente, en relación a nuestra temperatura corporal.
Los síntomas de la hidrocución son dolor de cabeza, palidez, zumbido de oídos, visión borrosa, vómitos y náuseas, que pueden acarrear en los peores casos la pérdida del conocimiento. Además, existe un riesgo real de muerte por ahogamiento si nadie nos socorre y sufrimos este problema dentro de la piscina o del mar por la pérdida de conocimiento.
Por qué se relacion con la digestión
Aunque no es algo exclusivo de la ingesta de alimentos, el síndrome de hidrocución sí que guarda cierta relación ya que después de comer nuestro organismo concentra grandes cantidades de sangre en el sistema digestivo para llevar a cabo la absorción de nutrientes, vitaminas y minerales.
Esto provoca que la temperatura de nuestro cuerpo aumente. Si nos bañamos de forma inmediata, sumergiéndonos de golpe o en aguas muy frías, corremos el riesgo de padecer este síndrome que erróneamente se relaciona con un corte de digestión como decía.
Por “culpa” de la actividad física también podemos sufrir un síndrome de hidrocución, ya que es un momento especial donde nuestro cuerpo aumenta bastante la temperatura. El deporte también provoca un cambio rápido de la temperatura de nuestro cuerpo, por lo que corremos el riesgo de sufrir los mismos problemas que después de una abundante comida.
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