No, no seguimos la dieta mediterránea

La dieta mediterránea se considera en la actualidad como uno de los modelos de alimentación más saludables en todo el mundo.

Y es lógico, ya que el consumo frecuente de frutas, verduras, hortalizas y aceite de oliva está estrechamente relacionado con un mejor estado de salud en los seres humanos.

¿Seguimos en España una dieta mediterránea?

Pensamos que por vivir en España ya estamos siguiendo la dieta mediterránea, sin embargo está muy lejos de ser verdad en la actualidad. La tasa de obesidad infantil en nuestro país es la 2ª más alta en Europa, siendo el tercer país del mundo que más bebidas azucaradas toma y el segundo de la Unión Europea en cuanto al consumo de carnes rojas.

Por si fuera poco, la dieta mediterránea también presenta algunas dudas dentro de la comunidad científica. De hecho, en los últimos años hemos visto cómo la ciencia ha contradicho algunos de los pilares nutricionales sobre los que se asienta esta dieta global.

El origen de la dieta mediterránea

A pesar de la creencia popular, la idea de ‘dieta mediterránea’ no surgió en España. Paradójicamente, ni tan siquiera es un concepto acuñado en Europa ni en los países mediterráneos, sino en Estados Unidos.

Concretamente, se atribuye el concepto de dieta mediterránea al fisiólogo e investigador Ancel Keys por sus famosos estudios epidemiológicos en nutrición y salud. Uno de ellos fue ‘el estudio de los 7 países’, publicado en el año 1970 y responsable del origen de la dieta mediterránea.

Los problemas de la dieta mediterránea

Algunas de las dudas que mencionaba antes sobre la dieta mediterránea están basadas en la actualización de ciertos conceptos de nutrición a lo largo de los años por parte de la comunidad científica.

Siendo más específicos, encontramos en la promoción de bebidas alcohólicas como el vino y cerveza uno de los grandes fallos que plantea la dieta mediterránea a nivel saludable. Y es que, desde hace algún tiempo conocemos que el consumo de alcohol es perjudicial para la salud, aunque sea moderado y en pequeñas dosis.

Debemos saber que no pasa nada por tomar estas bebidas MUY esporádicamente, no hace falta prohibirlas. Pero deberíamos pensar que un modelo de dieta que promocione su consumo frecuente quizá no es el mejor modelo de alimentación.

Llámalo dieta mediterránea o como quieras, pero la base de una alimentación saludable debería ser siempre: verduras, frutas, legumbres, granos integrales, frutos secos, semillas y aceite de oliva, sin olvidar el ejercicio físico y el control del estrés.

¿No comes pescado? Mi suplemento de Omega-3 te puede interesar: vegvital.com/omega3

Dieta mediterránea, ¿realmente es saludable?

La dieta mediterránea es un modelo de alimentación que lleva bastante tiempo conviviendo con la sociedad española y otros países vecinos.

Este patrón alimentario se basa en el consumo de una cantidad abundantes de frutas, verduras y vegetales en general, así como en el uso del aceite de oliva virgen como base primordial del aporte de grasas.

Además, también destaca el consumo de alimentos saludables como legumbres y granos integrales. Todo ello contribuye a que las poblaciones que siguen un modelo de dieta mediterránea tengan tradicionalmente menor predisposición a padecer problemas cardiovasculares, así como otras enfermedades metabólicas.

La dieta mediterránea plantea algunos problemas

Sin embargo, la dieta mediterránea tiene algunos fallos que nos hacen dudar sobre si realmente podemos considerarla como un tipo de dieta saludable en la actualidad.

El principal problema que plantea la dieta mediterránea es la promoción del alcohol, ya que el vino y la cerveza se aceptan como bebidas indicadas para el consumo dentro del modelo de la dieta mediterránea. “Una copita de vino al día” está aceptada como una práctica perfectamente apta, sin reparar en que el alcohol sigue siendo un compuesto perjudicial para la salud.

Por otro lado, encontramos que el modelo que propone la dieta mediterránea no se ajusta al panorama actual que vivimos en países como España, donde las tasas de sobrepeso y obesidad son realmente preocupantes.

¿Seguimos realmente una dieta mediterránea?

Con la llegada masiva de los ultraprocesados a los supermercados, se hace difícil mantener a nivel global una dieta mediterránea tal y como se propone oficialmente.

La realidad es que comemos muy mal en general, y esto es fácilmente identificable a través de los múltiples problemas de salud pública y enfermedades asociadas cuyas tasas aumentan cada día.

Por otro lado, la dieta mediterránea tiene un componente cultural importante en nuestra sociedad, y eso es algo más que evidente. Sin embargo, no deberíamos aferrarnos a un solo modelo de dieta, sino que debemos explorar otras opciones y planteamientos dietéticos, estando siempre dispuestos a actualizar las recomendaciones nutricionales en base a las últimas evidencias científicas. De lo contrario, es posible que nuestros mensajes hacia la población se queden completamente desactualizados.

La dieta mediterránea no es un modelo perfecto, tiene muchas cosas buenas y también algunas declaraciones un tanto desactualizadas. Podemos concluir que sí es un modelo saludable, pero con algunos matices importantes.

Actualmente, los modelos gráficos más acordes a la evidencia científica actual en materia de nutrición sobre cómo comer de forma saludable, siguen siendo el Plato de Harvard y la Pirámide Australiana. Ambos resumen de manera esquemática y sencilla, apta para todos los públicos, cómo debe ser una dieta saludable para la población general, mediante consejos centrados en los diferentes grupos de alimentos.