¿Cuánto tiempo aguantan los diferentes alimentos en el congelador?

El congelador es ese lugar de la cocina donde podemos encontrar casi cualquier cosa. Muchas veces olvidamos alimentos en él durante meses, preguntándonos si realmente serán aptos para el consumo después de tanto tiempo.

Sin embargo, el frío —aunque sea a una temperatura muy baja— no conserva los alimentos para siempre. Concretamente, las temperaturas cercanas a los -18ºC de la congelación paralizan el crecimiento microbiano, pero no lo hacen infinitamente. Además, cuando descongelamos todo sigue igual que antes.

Por ello, congelar en condiciones óptimas eligiendo los envases adecuados resulta clave para alargar la vida útil de nuestros alimentos al máximo. A continuación te detallo los tiempos de duración aproximados de los diferentes grupos de alimentos, ya que no todos son iguales y varían en función del producto:

Verduras y hortalizas: empezamos por lo importante, el grupo de alimentos cuya presencia en la dieta es vital. Las verduras y hortalizas congeladas pueden aguantar en nuestro congelador en condiciones óptimas entre 3-8 meses, dependiendo de las condiciones y el tipo de vegetal en cuestión. Recordemos que, si compramos vegetales ultracongelados, estos habrán sido recogidos en su punto exacto de maduración, por lo que su duración suele ser mucho mayor que si hacemos una congelación casera.

Sopas, caldos y guisos: estos platos tienen una duración menor, ya que por lo general los alimentos y preparaciones con un mayor contenido acuoso tienden a durar menos tiempo en buenas condiciones ya que el agua es un elemento esencial para el crecimiento microbiano. En general, tanto sopas como guisos y caldos pueden durar entre 2-3 meses en el congelador. Esta duración también aplica para los platos preparados que incluyan huevo cocinado, por ejemplo.

Carnes: dentro de las carnes, existe una gran diferencia si hablamos de carne cruda o cocinada. También debemos contemplar aparte la carne de pollo, ya que es la más delicada a nivel microbiano por la presencia habitual del patógeno Campylobacter. Si hablamos de carne cruda de especies diferentes al pollo, la vida útil en congelación puede ir de los 4-12 meses. Para carne de pollo, estaríamos hablando entre 6-9 meses. Y para carne cocinada, el tiempo se reduce hasta los 2-3 meses en congelación.

Pescados: dentro del grupo de los pescados también encontramos diferencias según si el pescado es blanco o azul. Los pescados azules resisten peor el frío por su elevado contenido graso, por lo que en crudo aguantan unos 2-3 meses congelados. Si hablamos de pescado blanco o magro sin cocinar, la duración en congelación puede extenderse hasta los 6 meses. Para finalizar, el pescado cocinado en general tiene una vida útil en congelación de 4 meses, aproximadamente, con ligeras variaciones según la especie en cuestión.

Ultracongelación industrial vs. congelación en casa

Someter alimentos a la acción del frío tiene multitud de ventajas para conservar y alargar la vida útil y la duración de los alimentos que consumimos en casa, pero también de aquellos productos que encontramos en el supermercado.

En este sentido, encontramos dos grandes diferencias en cuanto a los procesos de congelación que podemos ver en la industria alimentaria y los que podemos hacer nosotros mismos en casa.

Antes de nada, debemos saber que la calidad de un proceso de congelación depende principalmente de dos factores: la temperatura y la velocidad. Esto significa que si congelamos muy rápido y a una temperatura muy baja (aplicando mucho frío), conseguimos un congelado de mayor calidad que en condiciones contrarias.

Por ello, en la industria alimentaria se utiliza la ultracongelación, un proceso que se lleva a cabo a temperaturas cercanas a -40ºC durante pocas horas. Esto permite que el agua contenida en el interior de los alimentos alcance de forma más rápida el estado de congelación, con una formación mínima de cristales de hielo que pueden perjudicar el interior del alimento.

Solemos relacionar el término “ultracongelado” con productos de mala calidad nutricional, pero nada más lejos de la realidad. Gracias a la ultracongelación obtenemos productos súper interesantes, como los salteados de verduras, o verduras individuales lavadas y cortadas, simplemente listas para echar a la sartén. Todo esto nos facilita mucho la vida, sirviendo como un buen sustituto cuando no tenemos posibilidad de acceder a vegetales frescos.

Por otro lado, si nos fijamos ahora en la congelación en nuestro propio hogar, la situación cambia bastante. Cuando congelamos en casa, generalmente estaremos aplicando una temperatura de -18ºC, por lo que necesitaremos muchas más horas para que el alimento se congele por completo hasta el centro del mismo.

Se alarga la duración del proceso, y hace que los cristales de hielo que se forman sean de mayor tamaño, lo que provoca daños en las estructuras celulares contenidas dentro de los alimentos. Esto es lo que causa, entre otras cosas, que cuando congelamos y descongelamos un alimento varias veces su textura se eche a perder o su sabor u olor.

Es importante recordar que la descongelación debe hacerse siempre de forma progresiva, utilizando el frigorífico, para que esos cambios de temperatura no sean bruscos y puedan romper el interior del alimento. Descongelando a temperatura ambiente también corremos un riesgo microbiológico, ya que la temperatura será idónea para el desarrollo de microorganismos potencialmente peligrosos.

CONCLUSIÓN: debemos perderle el miedo a los ultracongelados que venden en tiendas especializadas, supermercados, son completamente seguros y más eficaces que los caseros. Esto no quiere decir que los caseros no sean válidos, lo son. Pero, como siempre os digo, yo abogo por lo fresco, siempre optar por lo fresco y es casos puntuales por congelados.