Nutrientes 100 g: 16 calorías, grasas 0,2 g [gasas saturadas 0 g, grasas insaturadas 0,1 g], hidratos de carbono 3 g, fibra 1,6 g, azúcares 1,8 g, proteínas 0,7 g, colesterol 0 mg, sodio 80 mg, potasio 260 mg, vitamina A 449 IU, calcio 40 mg, vitamina C 3,1 mg, magnesio 11 mg

Origen

Ya en el s. V a. C., el griego Hipócrates recomendaba su uso como medicamento diurético. Aunque su origen es más antiguo, será Carlomagno el que lo popularizó en la alimentación en el s. VIII. Así, en su escrito ‘Capitulare de villis vel curtis imperri’ ordenó el cultivo del ‘apium’ en sus terrenos, una planta que, hasta ese momento, crecía silvestre hasta ese momento en el centro de Europa y era utilizada únicamente en fitoterapia.

Propiedades

Debido a su selineno y limoneno, ayuda a nuestro hígado a realizar sus funciones, especialmente de detoxificación y limpieza. Tiene un potente efecto depurativo como ocurre con la mayor parte de verduras y hortalizas de sabor amargo.

Como acabamos de ver, Carlomagno tenía razón. El apio es uno de los mejores diuréticos, nos ayuda a eliminar el exceso de líquidos del organismo y evita la retención de líquidos.

Recomendado para la salud de nuestro estómago por sus mucílagos, lubrica el sistema digestivo, especialmente la mucosa gástrica y los intestinos, favoreciendo también el tránsito intestinal y evitando el estreñimiento por su fibra.

Su apigenina resulta útil en enfermedades respiratorias, especialmente para el asma y para eliminar el exceso de mucosidad.